El ascenso matinal de la presión aumenta el riesgo cardíaco

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Crece el 20% hasta tres horas después de despertar, especialmente en los hipertensos

La revolución de hormonas, células sanguíneas y sustancias químicas que se activa en el organismo minutos antes de despertar, mientras aún seguimos abrazados a la almohada, incluye un necesario aumento matinal de la presión.

Pero ese proceso fisiológico indispensable para “poner en marcha el motor” cada mañana puede darnos un susto, sobre todo si estamos dentro del 50% de hipertensos que caminan por la calle sin saberlo. Cuando ese ascenso matinal de la presión va más allá de lo aceptable, el riesgo de sufrir un problema cardiovascular grave aumenta hasta 20% en las primeras 2-3 horas después de haber apagado el despertador.

“Los pacientes que tienen una elevación exagerada de la presión arterial durante las primeras horas de la mañana tienen una mayor incidencia de accidente cerebrovascular (ACV), infarto agudo de miocardio y muerte súbita que aquellos con una elevación que se da dentro de los límites normales. Esa diferencia es del 20 y del 7 por ciento, respectivamente”, precisa el doctor Claudio Majul, jefe de la Sección Hipertensión Arterial del hospital Santojanni y médico de planta del Servicio de Cardiología del Hospital Británico de Buenos Aires.

Además de los hipertensos -con o sin control médico-, los que también están expuestos a este riesgo matutino son las personas con apnea del sueño, sobrecarga de estrés o hipercoagulabilidad sanguínea, los fumadores, las embarazadas, los adultos mayores y los diabéticos. La rigidez de las paredes arteriales es un factor clave de este problema, ya que les impide adaptarse a tiempo a los cambios de la presión.

“Los grupos más vulnerables al impacto de la presión del despertar serían los que ya tienen un deterioro de la pared arterial tal vez por envejecimiento, como se ha comprobado en los mayores, o en aquellos con síndromes depresivos o estrés, en quienes estaría alterada la función de amortiguamiento de estos cambios de presión que depende de la capa de músculo liso de la pared arterial”, dice la doctora Carol Kotliar, jefa del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral (HUA).

Otro factor que influye en las personas con sobrecarga de tensiones, agrega, “es que ya tienen un incremento de la descarga adrenérgica (de hormonas como la adrenalina y la noradrenalina), y a ella se suma la activación más marcada de esas mismas hormonas que, con el cortisol, hacen su pico en el momento previo al despertar”.

Con valor predictivo

La presión del despertar, como también se llama a esta elevación, “es un predictor de ACV independientemente del valor de presión arterial que se tenga durante el día. Es decir que aun en personas con la presión dentro de valores controlados, en el rango normal, su incremento significativo en las horas del peridespertar aumenta su riesgo de sufrir un infarto cerebral”, insiste Kotliar, que coordinó la realización del Tratado de m ecánica vascular e hipertensión arterial, que el HUA y la Universidad de Navarra acaban de presentar en la Academia Nacional de Medicina.

En más de mil páginas sobre la hipertensión y el funcionamiento de los vasos sanguíneos, en las que participaron 96 expertos, Majul se encargó de la variación circadiana de la presión. “Es algo de lo que no se sabe mucho -comenta a LA NACION-. Se ha investigado muy poco” sobre la presión del despertar.

Normalmente, la presión sube y baja durante las 24 horas: disminuye mientras dormimos (a la noche y la siesta), aumenta al despertar y, entre 2 y 3 horas después, vuelve a bajar para estabilizarse (ver infografía). “Puede aumentar hasta el 10% con respecto a la presión media del resto del día, pero muchas veces va mucho más allá [más del 20%], y es esto lo que aumenta la frecuencia de los eventos cerebrovasculares en los hipertensos, por ejemplo, aunque estén bien controlados. Se vio que en las primeras horas del despertar, sobre todo en los primeros momentos, se producen más infartos y ACV”, explica Majul.

Detección precoz, la clave

Dado que la hipertensión es una enfermedad silenciosa, como siempre insisten los cardiólogos, cuando se manifiesta lo hace de manera catastrófica. Por eso, la detección precoz es clave.

Y aquí, uno de cada dos hipertensos ignora que lo es, mientras que entre el 50% con diagnóstico el panorama no es demasiado bueno: sólo el 45% está bajo tratamiento y apenas el 15% está bien controlado (con valores de 140-90 en las mediciones en el consultorio).

La variación de los valores de la presión se puede conocer con un monitoreo ambulatorio que dura las 24 horas. Existen distintos métodos para calcular si el ascenso matinal supera o no el límite aceptable del 10% de la presión media.

Finalmente, en su capítulo del tratado, del que se distribuirán 6000 copias gratuitas, Majul recomienda: “En el paciente hipertenso, cuando se diagnostica por MAPA esta condición, debe intensificarse o ajustarse la medicación antihipertensiva con compuestos de acción prolongada o dosificando los fármacos para que cubran el período del despertar”.

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