Rinde obispo oración a migrantes muertos en panteón municipal

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– Ante 300 personas y migrantes, realiza misa

Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA

Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Con un mensaje de aliento a los familiares de los difuntos que yacen en el panteón municipal de esta ciudad, y una oración a los 17 migrantes muertos este año en su intento por llegar a Estados Unidos, el obispo Gustavo Rodríguez Vega ofreció una misa justo en el centro del centenario camposanto ante unas 300 personas que se reunieron para escucharlo.

Bajo un viejo y frondoso sauce y fuertes rachas de viento, el jerarca se dirigió a una veintena de migrantes de El Salvador, Guatemala, Honduras y otros países, a quienes dijo que no solo ellos son migrantes, sino todos, “porque iniciamos un peregrinar por el mundo hasta llegar a la casa de Dios, y por eso pido por nuestros migrantes muertos que ya dejaron este mundo”, expresó.

Recordó al resto de oyentes que no quienes van a Estados Unidos son migrantes, ya que la Iglesia Católica y los humanos siguen un peregrinaje, “porque estamos aquí y no somos de aquí, ya que todos somos extranjeros”, continuó.

El obispo llegó acompañado por el rector del seminario, Emigdio Paz, y por primera ocasión lo acompaño el director de la Casa del Migrante, padre Gianantonio Baggio, quien llevó a migrantes a los que da alojo, los que portaron mantas alusivas a su peregrinar.

Aunque la misa fue en el centro de la calle principal del panteón, los cientos de personas que acudieron a visitar a sus difuntos, pararon un momento y continuaron en busca de sus tumbas. Lo mismo adultos que niños, ancianos o mujeres en sillas ruedas y bastón, todos pararon a escuchar las palabras de aliento del obispo.

A ellos recordó que los migrantes que llegan a esta ciudad, lo hacen para buscar en el vecino país un sueño que muchas veces se trunca en el río Bravo, “pero que llegan al sueño del Señor y a la Patria en donde nadie será extranjero ni sufrirá discriminación, expresó.

Luego de dar lectura a 4 migrantes que fueron identificados, el obispo marchó hacia el Osario en donde yacen los restos de los migrantes muertos en el Bravo y que no fueron identificados; en una puerta metálica que no fue abierta fue colocada una enorme cruz de madera de dos por un metro con la leyenda ‘desconocidos’. Allí, el obispo ofreció otra oración y con ella terminó su visita.

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