

– Al personal de correo
Omar Lara Martínez/EnLíneaDIRECTA
Madero, Tamaulipas.- Los recientes cambios en la nomenclatura de las calles autorizadas por el cabildo de Ciudad Madero ha traído problemas de carácter administrativo no solo para los negocios, sino para oficinas como la del servicio postal mexicano, debido a que la entrega de la correspondencia se hace de acuerdo a las direcciones que se marcan.
El administrador de la oficina Madero, Juan Manuel Maya Meraz, dijo que una gran ventaja es que la mayoría de los carteros tienen la experiencia suficiente para localizar las direcciones de los domicilios, pero se enfrentan a un problema cuando alguno de los trabajadores tiene vacaciones, ya que en ocasiones el suplente no sabe ubicar los lugares.
Señaló que a pesar de ello, hasta el momento no se ha presentado la necesidad de regresar ningún paquete o correspondencia, pues la experiencia de los carteros los ha sacado a flote.
“Si nos afecta de cierto modo, porque toda la correspondencia que se recibe es clasificada y distribuida por colonias y por calles, aunque ellos tienen el conocimiento de andar por esos sectores, ya ubican bien la calle y concuerdan debido a los apellidos de las personas, pero si hay un cartero que se nos vaya de vacaciones o que tenga una incapacidad, si va afectar la labor del cartero que lo va a cubrir”.
Consideró que este cambio que se dio en el nombre de avenidas principales como Francisco I. Madero, antes Álvaro Obregón y viceversa o la de avenida Tamaulipas por Rodolfo Torre Cantú, fue realizado muy rápido por parte de las autoridades municipales, quienes hicieron del conocimiento al servicio postal mexicano después de tomado el acuerdo, es decir cuando ya había entrado en vigor.
El administrador de correos Madero indicó que pasará alrededor de un año para que la gente se acostumbre a los nuevos nombres de las calles, pues esto implica para todos el cambio en muchos aspectos.
Agregó que el trabajo en la oficina a su cargo el manejo de aproximadamente 300 piezas diarias en ventanilla de correo o paquetes ordinario y registrada, siendo de dos y media toneladas a la semana de correspondencia la que se mueve, con el apoyo de 35 carteros, personal que no es suficiente para la actividad.