Maremágnum/Mario Vargas Suárez *El plumazo

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Mucho he preguntado –nunca ha habido una respuesta convincente- sobre el perfil de ingreso de los funcionarios de los tres niveles de gobierno y mayormente del perfil de desempeño cuando se han trabajado en el cargo durante una temporada.
Ahora mismo y ya desde hace algunos meses los gobiernos estatales electos en las pasadas elecciones de julio, incluyendo Tamaulipas, los mandatarios a estrenar están seleccionando a sus colaboradores ¿Con qué criterio?
Las plumas especialistas han asegurado que unas personas ocuparán algún cargo porque se suponen “amigos” del Gobernador Electo, pero ¿Realmente son capaces de llenar los requisitos mínimos del cargo que son nombrados?
¿Cuantos errores incluso hasta de discrecionalidad serán soportados por la autoridad que les nombre?
La reflexión viene a colación por la nota periodística recién publicada por Raúl Aguilar Romero, sobre las declaraciones de Agustín de la Huerta Mejía, titular de la Oficina de Apoyo a la Educación en Tamaulipas de la SEP federal y el tema de los productos chatarra.
El tema, de por sí escabroso por el cúmulo de intereses en la salud pública, es de relevancia porque las autoridades federales anunciaron que el mes de enero se determinará la lista de productos que saldrán de las escuelas, de todas, sin importar sean públicas o privadas, o colegios como también popularmente se les conoce.
En este sentido el maderense funcionario federal, declaró que “…no pueden eliminarse de un plumazo del menú, que aún no ha sido definido por la SEP, porque forman parte del producto interno bruto del país…”
¡Zás!, se puede cuestionar, ¿Ya se anticipan largas al asunto? Porque también aseguró el funcionario federal que “…son empresas que generan empleos e impuestos, son parte de la riqueza en la economía…” en eso hay razón, pero habría que valorar la salud de los escolares, creo yo.
Agustín de la Huerta Mejía sin tapujos ha declarado que las autoridades federales no pueden “desmantelar el negocio” de la producción de “alimentos chatarra” porque entonces muchos mexicanos perderían su empleo. En una analogía me recuerda a la empresa de bebidas embriagantes o las tabacaleras y su excesivo consumo.
Sería excelente que las autoridades valoraran los impuestos que actualmente estos empresarios pagan a la Hacienda Pública contra la cantidad de escolares que en algunos años padecerán de diabetes, males cardiacos y esas “linduras” que el sector salud ha anunciado.
Sin duda que De la Huerta Mejía, está anticipando el panorama del 2011, cuando las autoridades federales de educación y salud señalen los productos que en un momento dado serían o no “expulsados” de las escuelas y lo que se anticipa es que saldrán los más débiles en cuanto a relaciones de poder tengan.
Agustín de la Huerta está convencido que si en un momento dado las autoridades de SEP y de SSA cerraran las puertas escolares para salvar el problema alimentario de los estudiantes, se abrirían otros problemas como la pobreza económica por los impuestos que el gobierno dejaría de percibir por estas ventas, amén del desempleo.
Algo sucederá en el próximo 2011 y el problema se le carga al nuevo gobierno de Tamaulipas y seguro que ahí estará don Agustín para sarcásticamente volver a declarar sobre el tema.
Las verdades a medias son irrefutables. Sin embargo la salud de la población ha sido factor preponderante contra todas las calamidades que pudiera presentar la economía nacional o ¿Ya estaremos entrando al primer mundo donde se valora mas el dinero que la propia humanidad?
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