Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Los desatinos políticos

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Resulta increíble que alguien con una carrera política abundante tenga un sinnúmero de desatinos, todos, encaminados a romper la supuesta armonía y las “negociaciones” que no son precisamente un dechado de ética política, ya que somos de la idea de que un político tiene que encaminar sus acciones y dichos en torno a los intereses de los que representa, mas no individuales o de partido.
El aniversario que Felipe Calderón celebró hace unos días, argumentando que México tiene diez años que salió de un presunto oscurantismo, no es más que, como dijo un legislador cuyo nombre no recordamos, el discurso del jefe de un partido político, aunque hubo quien consideró que más que eso, era el mensaje del jefe de la pandilla o camarilla. Para el caso, el líder de un grupúsculo que no ha sabido atinar una en la forma de gobernar a una nación tan rica y especial como la nuestra.
México está sumido en una severa crisis de toda índole.
Ya olvidaron que el presidente Zedillo Ponce de León, priísta por convicción, fue el encargado de dar la mala noticia a los mexicanos cuando Vicente Fox ganó la presidencia de la República.
Ya olvidaron también que la apertura política se generó en forma por demás ilógica para que ellos, las minorías, tuvieran una voz representativa, aunque la ciudadanía nunca quiso otorgarles el voto de confianza.
Olvidaron muchas cosas. Felipe ha olvidado que es presidente de 112 millones de mexicanos y se ha dedicado a gobernar para los simpatizantes del Partido Acción Nacional; nosotros no olvidamos, por ejemplo, los desatinos de Fox o de un tal Cabeza de Vaca, quien con un fuero ilegalmente entregado, supo evadir la justicia, luego de haber saqueado a Reynosa.
Ha olvidado el presidente Calderón que hay mexicanos del PRI, PRD, PT, PVEM y hasta de Convergencia o del PANAL, éste último, el botín jugoso de una persona negativa para el país como es la señora Gordillo, quien presume de ser la lideresa del sindicato más poderoso de América Latina, compuesto, en una gran mayoría, por entes holgazanes, vividores y que apenas tienen un pretexto, atentan contra los planes de educación. Los puentes, días de asueto y demás están a la orden del día.
Para muestra, hoy no hubo clases en muchas primarias de Victoria, argumentando los profesores y profesoras una junta sindical, cuando el titular de esa pandilla local, de nombre Arnulfo Rodríguez Treviño ha solapado la holgazanería, en detrimento de la formación de nuestros hijos, pagada con nuestros impuestos y que los profesores cobran y bastante bien.
Un sindicato que dirigen quienes confunden números con letras, como cuando la Gordillo hablaba de la “Influencia AHiNi, en lugar de Influenza, AH1N1. Esos son los dirigentes que presume Calderón de tener a su lado.
Y qué decir del empleo o de las triunfalistas declaraciones de que México va en caballo de hacienda, sin problemas de seguridad, económicos, de productividad y otros. El revanchismo político está a la orden del día, y si no, recuérdese el llamado “michoacanazo”, entre muchas otras acciones ilegales.
Presume el inquilino de Los Pinos de muchas cosas que no tenemos, y que conocemos quienes salimos a las calles a vivir, no a declarar cosas ilógicas; quienes entendemos lo que es salir de casa sin saber si regresaremos, y no salimos con escoltas hasta en las nubes o en autos blindados.
Presume también de ser democrático, cuando los vividores que tiene su partido en San Lázaro defienden feroz y cobardemente los argumentos del señor presidente sin defender los intereses de sus representados.
El discurso de los famosos diez años nos recuerda, por resultados, otro acontecimiento histórico que se repite: la “decena trágica”, porque mire usted que ha sido trágica para millones de mexicanos que hemos soportado alzas inmoderadas de precios y servicios, que padecemos mes a mes más gasto en gas, gasolina y otros servicios, que tenemos que pagar el coste de la inflación, la que ridículamente se disfraza con declaraciones del obeso empleado director del Banco de México, y que no corresponden a la realidad.
Por eso, a la nación le urge retomar el camino, sacar de ese lugar a quienes no han sabido gobernar y entender que si bien es cierto que la mayoría se equivocó hace diez años, dentro de dos podremos enmendar el camino, que buena falta nos hace.
Somos no únicamente los priístas los agraviados, sino la mayoría de los mexicanos, que exigimos al inquilino de Los Pinos deje a un lado sus arrebatos blanquiazules y se convierta en lo que protestó: en el Presidente de la República, de todos los mexicanos, y deje a un lado la diatriba cotidiana, y en lugar de eso, se dedique a gobernar.
Y si hace falta un ejemplo de cómo hacerlo, le invitamos a que, con su séquito de miles de guardias, autos blindados, toma de ciudades y demás, se de una vueltecita acá por Tamaulipas, donde, seguramente, aprenderá cómo se debe hacer esta importante tarea.
Y si bien es cierto que nos ha castigado el sinnúmero de acontecimientos poco gratos, los tamaulipecos no nos caemos, porque tenemos un espíritu que difícilmente podría tener una persona con esa clase de ideología política y ese criterio tan estrecho que solo da para hablar en la sede de su partido.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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