-El niño que conoció a Dios y vivió para contarlo
Benny Cruz Zapata/EnLíneaDIRECTA
Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Cuando a los 11 años de edad, Nacho recibió su sentencia de muerte por parte de los doctores; él, junto a su familia, sintió que el mundo se detuvo en el preciso instante que sus padres conocieron el diagnostico de cáncer en etapa terminal.
De un instante a otro cambio sus juegos, su escuela y sus amiguitos, por un cansado peregrinar hospitalario en donde las noches y los días se coinvertían un una sola pesadilla de inyecciones, medicinas, hospitales y doctores:
“Solo de acordarme de aquellos tiempos de hospital en donde la vida era una suma de dolor, me motiva a valorar hasta el instante en que puedo mover mis ojos, cantar, reír y hasta llorar, porque a mis 19 años se perfectamente que si Dios restauró la vista a los ciegos, oído a los sordos, a mi me devolvió la vida misma, al curarme del cáncer terminal que tenía, por ello tengo conciencia plena que para el hombre hay cosas imposibles, pero todas las cosas son posibles para Dios”
Comparte que se acuerda como si hoy mismo fuera, el día en que con una sentencia de muerte entro al quirófano de donde los médicos aseguraban no saldría:
“Ese día, uno de los doctores que estaban en el grupo que me atendía, me hablo con una voz que aun hasta el día de hoy recuerdo, porque yo al igual que mi mamá y mi papá, la asociamos con la voz de Dios, y nos decía con una seguridad “yo te voy a salvar”, después de la intervención fueron tres días de inconsciencia y al tercer día, desperté pidiendo de comer, el camino no termino ahí, porque una enfermedad de este tipo tiene que seguir siendo monitoreada y atendida, pero en resumen me salve del cáncer y me cambio la vida”.
Apunta que ser sobreviviente no le fue fácil por lo que al llegar a la juventud, el mundo de fiesta, música y diversión era el acceso más fácil:
“A nivel general y como joven puedo hablar con conocimiento de causa, ya que cuando entras a la juventud, más allá del sentir de la familia, lo más atractivo es seguirle el ritmo a los demás, en mi caso confundía y llegaba a entender la vida era una eterna fiesta, le entraba a la cervecita, al reventón, al cigarro, era un ritmo tan acelerado por no quedarme al margen de los demás, pero en lo personal al llegar a mi casa, en la soledad, en el encuentro conmigo mismo, lloraba porque nada de lo que hacía me llenaba, ni tenía significado pero bien dicen que Dios está en todas partes y un día me encontró y mi destino cambio, porque al recibirlo en mi corazón, me hace una mejor persona que ya no solo piensa en ella misma, sino en los demás, en lo que puedo ofrecer, en el entendido que cuando nos presentamos ante Dios no nos va a preguntar que hicimos por nosotros mismos, sino que hemos hecho por los demás.
Dicen que solo sólo se es joven una vez en la vida, Solo una vez en la vida tienes todas tus fuerzas, todo tu tiempo, todas tus “ganas”,toda tu ilusión….. nunca más volverás a ser como ahora. Nunca más tendrás posibilidades de hacer veinte cosas cada día, y acostarte con las mismas fuerzas que al levantarte. Nunca más te sentirás libre de problemas como ahora, con la determinación y la “ignorancia” de quien quiere comerse el mundo. Solo eres joven una vez en la vida…
En este entendido, Ignacio Guerrero Desilos, a través de la música, con ritmos como regeton se decidió llevar la palabra de Dios a la juventud, involucrarse con aquellos jóvenes que han caído en las adicciones, en el pandillerismo, lo que como voluntario hace en un centro de rehabilitación en Jaumave Tamaulipas:
-Ayudar a los demás es mi compromiso, pues como joven sé que es posible salir de cualquier problema, todos tenemos la fortaleza suficiente para enfrentar las situaciones por más adversas que estas sean, cada vez que veo como un joven desperdicia su vida con las drogas, me motiva a estar con él, a dialogar, a compartir mi testimonio, otro de los proyectos que estamos por aterrizar junto a mi familia, es trabajar con los niños con cáncer, nosotros que lo vivimos sabemos que la no hay nada pero que la enfermedad, pero a la vez, siempre hay una esperanza.
Además de su compromiso social, Desilos manifiesta que encontró en la música una herramienta poderosa para proclamar el mensaje de amor y esperanza que a él lo liberó y le ha permitido ser un joven feliz y comprometido con los demás, a compartido escenario con grandes de la canción cristiana como Joseph Cabanilla.
– A mí la música siempre se me ha dado, pienso que es una forma efectiva de acercarnos entre los jóvenes, que a veces pensamos que todo lo referente a Dios, a la religión es aburrido, nada más falso; lo vemos en los conciertos que damos , hacerlo a través del reggeton es una experiencia maravillosa, pues aunque este tipo de música no se asocia precisamente con la palabra de Dios, usarla para llevar el mensaje a la juventud es toda una experiencia y más, porque sabemos que al hacerlo, estamos llevando en evangelio a donde más se necesita, sobre todo en estos momentos en que a los jóvenes nos están tocando vivir tiempos inéditos.
Concluye; que su pasión por la música y servir a los demás, es un compromiso de vida, al entender que si se le dio la oportunidad de permanecer en este mundo no la puede desaprovechar.
