Entre Nos / Carlos Santamaría Ochoa*Los Paisanos

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Seguramente estos serán días de intenso tráfico y un consecuente incremento en medidas de precaución, de seguridad y, desgraciadamente de inconvenientes carreteros, entre accidentes y despistes: los paisanos regresan a la Patria a ver a su gente.

Los estados fronterizos tenemos que hacer una serie de cosas para garantizar que quienes están todo el año trabajando muy fuerte para su familia, puedan venir a ver a sus hijos y parejas sin temor de ser asaltados o de que la autoridad abuse de su condición. Es el tiempo decembrino cuando más éxodo de mexicanos que viven en los Estados Unidos vienen, y por lo regular, con camionetas repletas de regalos: juguetes, aparatos electrodomésticos y todo cuanto pueden para ofrecer a los suyos.

Es un fenómeno anual que llama mucho la atención a ladrones y abusadores oficiales y particulares.

Hace algunos años la Secretaría de Gobernación instrumentó el programa “Bienvenido Paisano”, que tiene muchas acciones interesantes: informa, orienta, apoya y garantiza un tránsito seguro de esos mexicanos que ilusionados pasan por nuestras carreteras.

Hay que pensar en lo que ello significa: dejan a su paso “sembrados” miles de dólares, porque paran en gasolineras, restaurantes, tiendas y hoteles, y en cada uno de estos puntos hay consumo o venta de bienes o servicios, lo que permite reactivar la golpeada economía que padecemos prácticamente todos los mexicanos, en tiempos de vacas no flacas, sino muy flacas, azulosamente esqueléticas que no garantizan nada bueno.

Han anunciado que viene Felipe Calderón y el secretario de Gobernación Francisco Blake Mora a dar el banderazo o supervisión del mencionado programa, sin embargo, voces empresariales no desean que estas sean “giritas de banderita”, sino encuentros del Ejecutivo federal con las fuerzas vivas, para que nos expliquen qué está pasando y por qué vivimos lo que vivimos.

Claro que no sucederá, pero la exigencia está ahí, y por otra parte, suponemos que los operativos de seguridad así como administrativos habrán de incrementarse para garantizar a miles de mexicanos su viaje sin inconvenientes.

Hay que imaginar la cantidad de personas y dinero que viene en diciembre a nuestro país, y todo, sobre ruedas: por lo general, usted ha visto pasar las camionetas, preferentemente de doble cabina, caja larga y hasta redilas en algunos casos, repletas de electrodomésticos, de juguetes y regalos, porque los paisanos que están allá sacrifican prácticamente todo su año laboral para complacer a los suyos, y luego, en enero próximo, retornar a los campos de cultivos norteamericanos, a seguir sufriendo la discriminación, pero a sumar dólares para sus familiares.

Decíamos que los estados fronterizos vemos un poco más de cerca el evento por cuestiones geográficamente naturales, es decir, tienen todos, necesariamente, que pasar por una de las fronteras entre ambos países, y recordemos que Tamaulipas tiene las más importantes en todos sentidos.

Entonces, confirman que vienen de México a supervisar aunque seguramente encontrarán todo en orden: agentes aduanales amables y limpios, de buen trato y educación, prestos a servir al que llega: instalaciones de primer nivel, nada de abusos o violencia.

Claro que ya para el miércoles será otra, la verdadera realidad la que vivan nuestros paisanos.

Y es que siempre hemos pensado que si la autoridad federal quiere de veras que el programa funcione, tendría necesariamente que viajar a la frontera sin aviso previo, y los diputados de las comisiones de asuntos fronterizos hacer lo mismo, para que, en cuanto haya anomalías, reportar para mejorar, para subsanar los yerros, y no tapar con un bonito evento la problemática de la frontera norte de México.

Pero hay que estar contentos por la época y porque muchos mexicanos vienen a descansar y convivir; hay que pedir que no haya inconvenientes de ninguna índole y que los servicios que requieren estén siempre a tiempo y en forma justa donde se les requiera.

El gobierno federal anunció un mega operativo para estas fechas que será reforzado por autoridades del estado y municipios, pero la parte humana, la que imprimimos los que vivimos en sitios a lo largo de su extenso recorrido, los que somos, en nuestro caso, tamaulipecos, tenemos que estar contentos porque vienen a visitarnos los nuestros, y dar lo mejor que podamos, que bien lo merecen.

Destaquemos que este programa Paisano tiene buenos y nobles objetivos, y si no se cumple es por la negligencia con que se conducen algunos elementos del mismo, entre agentes, inspectores y uno que otro vividor de sangre azul.

Los diputados y funcionarios, ojalá tengan un trabajo amplio que apoye a nuestros paisanos. En tanto, bienvenidos sean todos ellos, y que lleguen con bien a sus lugares de origen, para que tengan posteriormente un feliz retorno.

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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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