Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Una buena educación

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Prácticamente, a unos días de concluir el ciclo escolar en lo que corresponde al año de 2010, los miles de tamaulipecos en los distintos niveles están recogiendo los resultados del esfuerzo, bueno o malo, realizado durante los últimos doce meses.
Corresponde al ciclo escolar anterior y parte del presente, sin embargo, ya los estudiantes están preparando sus fiestas decembrinas: posadas, festivales y convivios de acuerdo al nivel.
Ya los fríos del mes, que amenaza con ser gélido a más no poder, están presentes en las ausencias de los miembros de la comunidad estudiantil, y los programas de la Secretaría de Salud trabajan a marchas forzadas para poder cubrir la demanda por enfermedades propias de los tiempos que vivimos.
Pero el balance en educación podemos decir que no es nada malo, aunque estamos conscientes de que mucho se tiene que hacer si deseamos sacar a México del bache en que nos encontramos: requerimos educación de calidad, y quizá para ello haya que hacer cambios radicales que tienen que ver con un grupo de vividores de la educación –como la señora Gordillo- y que han dejado un daño irreversible, pero que se puede superar.
Tamaulipas inició en el sexenio de Eugenio Hernández Flores el proyecto de tener escuelas bilingües, por la cercanía con los Estados Unidos de América, y porque, dicho sea con claridad, quien no habla dos lenguas y principalmente el inglés, no tiene mucho porvenir.
De ahí la importancia de la decisión de Geño y del secretario José Manuel Assad Montelongo, quien también ha puesto un gran empeño y ha designado a algunas personas con capacidad suficiente que le ha permitido entregar buenas cuentas.
Decíamos en alguna colaboración que el “güero” Assad ha desempeñado cargos con eficiencia: emanado de la iniciativa privada, fue titular en finanzas del gobierno actual, y logró en forma casi inmediata que el estado trabajara, como dicen los que saben de “dineros”, en eso que llaman “números negros”, es decir, sin déficit económico.
Ya en educación, ha demostrado tener una enorme capacidad, a pesar de que existen algunos servidores de segundo, tercero y cuarto nivel que no entendieron el compromiso del gobernador y el secretario, y nunca tuvieron la capacidad de hacer bien su trabajo. Los secretarios particulares tienen mucha culpa de eso, porque demostraron una enorme y burocrática ineficiencia que raya en la total falta de aptitud, inteligencia y, sobre todo, eso que tienen algunos que ocupan estos cargos que se sienten, como alguien dijo en una ocasión: “bordados a mano” y bloquean todo tipo de acercamiento de su jefe con la sociedad.
Sin embargo, Assad Montelongo puede presumir que se lograron avances significativos. Cierto, hay mucho camino por andar. No es fácil inculcar en la población aspectos de medicina preventiva, educación y cultura de la legalidad. Somos una sociedad con muchos “vicios” añejos y tenemos que hacer algo para caminar hacia adelante, pero no se puede, aunque todos lo deseamos, un cambio radical de la noche a la mañana.
Hay que pensar que se manejan programas para pequeños de edad preescolar, en primaria, secundaria, preparatoria y aspectos de educación superior; no es fácil, pero hay gente con mucho talento para hacerlo, y pensamos que el hecho de que haya sido reconocida la entidad en aspectos del aprendizaje del idioma inglés debe ser motivo de orgullo para Geño y el Güero, quienes, como decía el capitán hace muchos años, pueden disfrutar de una buena navidad y año nuevo “con la satisfacción del deber cumplido”.
El secretario Assad tiene un futuro muy importante por delante si es que se sabe captar su capacidad de organización, pero más importante aún, su forma de acercarse y entender a la gente, lo que muchos no captan. José Manuel ha trabajado ese aspecto porque lo tiene arraigado gracias a una excelente formación familiar y personal, y lo ha inculcado a casi todos sus colaboradores, para obtener los logros profesionales y políticos que todos sabemos.
Hay mucho por hacer, lo repetimos, y estamos ciertos de que se tiene que incrementar la atención a la educación. Ojalá haya más presupuesto y actitud de los actores principales y secundarios, y que todo ello permita que Tamaulipas siga logrando subir escaños, en este caso, en materia de educación.
Más escuelas, más programas de excelencia. Ahora nos falta más compromiso de funcionarios, personal administrativo, inspectores, directores, maestros, alumnos y padres de familia, porque si entendemos que es nuestra responsabilidad y apoyamos a los mentores, seguramente tendremos un resultado ambicionado por todos.
Hay que ser claros: tenemos un estado maravilloso, con un potencial como pocos, y es tiempo que todos aprendamos a quererlo y valorarlo, pero más importante: trabajar para él y por él, porque en la medida que la entidad crezca, que se haga más fuerte e importante, en esa medida todos saldremos beneficiados, que buena falta nos hace.
No todo es inseguridad: hay mucho que contar del norteño punto geográfico llamado Tamaulipas.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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