-“Se pudieron evitar muchas muertes y desapariciones”, dice
Gastón Monge/Enlineadirecta
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- El obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez Vega, lamentó que el gobierno federal haya reaccionado muy tarde a la petición de los habitantes de ciudad Mier, Tamaulipas, para terminar con la violencia que desde febrero de este año originó el éxodo masivo de sus habitantes.
Desde entonces, el obispo había alertado a las autoridades, que los habitantes de ese pueblo ubicado 150 kilómetros al este de Nuevo Laredo, estaban dejando sus hogares debido a los constantes enfrentamientos entre grupos criminales antagónicos.
Consideró que la intervención del ejército mexicano llegó muy tarde, “porque se pudo haber evitado mucho derramamiento de sangre, porque hay muchas personas desaparecidas, pero ahora se deberán recuperar esos pueblos, sobre todo ciudad Mier”, expresó.
Para el obispo es algo que no tiene sentido y que no comprende aún la razón por la que las autoridades federales no intervinieron a tiempo para proteger a los habitantes de ese municipio, “porque están para protegernos y para cuidarnos, pero no hay palabras para expresar esa gran falta de presencia, como la han tenido en otros lugares”, se quejó.
Pese a la tardía respuesta del gobierno federal, dijo que los mierenses ya están retornando a sus hogares, destruidos la mayoría por impactos de bala, granadas, y hasta quemadas y saqueadas en su totalidad, los que de acuerdo al religioso, deberán iniciar un lento proceso de reconstrucción.
De ello, los sacerdotes de las iglesias de la región le dan informes sobre la situación que prevalece en estos momentos en aquel municipio, en donde las misas nocturnas, al igual que todo tipo de evento social, habían sido suspendidas debido a los constantes enfrentamientos y ejecuciones.
“Los sacerdotes ya se animaron el pasado domingo a celebrar la fiesta patronal, pero no pude acompañarlos, pero ya se animaron a celebrar las fiestas de la Inmaculada Concepción”, mencionó.
Las fuerzas federales que desde la semana pasada se encuentren en Mier, mantienen en tensa calma el municipio, aunque de acuerdo al obispo, la información que le dan los sacerdotes es que muchos no quieren regresar a sus hogares porque aún tienen miedo.
Dijo que la Diócesis tendrá por delante un gran trabajo de consuelo y de ánimo entre sus feligreses, para que la calma espiritual retorne a ellos, ya que muchos de los mierenses no solo perdieron sus hogares y sus bienes materiales, sino también algunos familiares que fueron víctimas de la violencia que se vivido allí durante 10 meses.
El religioso fue entrevistado momentos después de haber participado en la ceremonia de recepción de la Rosa de Plata, a la mitad del puente internacional I, en donde la delegación de los Caballeros de Colón de Estados Unidos y Canadá la entregaron para su traslado a la iglesia de Guadalupe en Monterrey, Nuevo León, el domingo.
