De verde… a naranja.
CON un indiscutible apoyo político, prácticamente se despidió de los tamaulipecos el gobernador EUGENIO HERNANDEZ FLORES durante su comparecencia en el Polyfórum victorense.
La presencia del presidenciable y recién casado mandatario mexiquense ENRIQUE PEÑA NIETO, el líder de los diputados priístas en San Lázaro, FRANCISCO ROJAS, y JESUS MURILLO KARAM, del alto mando tricolor en representación de la lideresa nacional, BEATRIZ PAREDES RANGEL, vistieron, sin duda, el mensaje del Jefe del Ejecutivo tamaulipeco, próximo a entregar la estafeta gubernamental.
Por supuesto que la visita a tierra tamaulipeca del futuro dirigente nacional del PRI, HUMBERTO MOREIRA, se constituyó en fuerte espaldarazo para quien en breve será relevado del Poder Ejecutivo en la entidad.
La ocupación de lugares en primera fila de los ex gobernadores, matamorenses, por cierto, MANUEL CAVAZOS LERMA y TOMAS YARRINGTON RUVALCABA ya no es atractiva al convertirse, ahora, en ajonjolí de todos los moles.
El recinto, a su máxima capacidad, también enmarcó el mensaje y desglose de actividades gubernamentales externados por quien concluye el actual virreinato cuerudo.
Ambas circunstancias, a decir verdad, no aportan nada extraordinario pues se trata simple y sencillamente del pago recíproco de visitas geñistas a otros informes de sus colegas en distintas entidades del país.
La obligada presencia de servidores públicos, representantes populares, personajes beneficiados con el sistema en el poder, y el tradicional acarreo de masas desde los cuatro puntos cardinales en la esquina noreste del país hicieron el resto.
Obviamente, la parafernalia, la ambientación, el guión y el poder de los medios de comunicación contribuyeron a que la sexta y última comparecencia del gobernador HERNANDEZ FLORES ante los tamaulipecos se desarrollara con éxito y lucimiento.
Sería injusto pasar por alto que el dominio de los escenarios políticos, su jovialidad y la manera relajada con que se condujo también fueron factores claves que hicieron destacar al mandatario que dejará la banda gubernamental.
Cifras, logros y estadísticas dados a conocer, sin que cause extrañeza alguna, por obvias razones, ubican a Tamaulipas como un estado progresista y competitivo en muchos rubros.
Tal es la percepción del mandatario saliente que será valorada por la sociedad que gobernó y que, a final de cuentas, será quien otorgará la calificación sobre su trabajo como servidor público.
Sin embargo, por lo pronto, ya el Tecnológico de Monterrey dio su veredicto al respecto, según lo manifestado por el ingeniero HERNANDEZ FLORES en su discurso.
Es de suponerse que la evaluación se hizo en base a información obtenida y brindada por las distintas dependencias estatales tamaulipecas.
Sobre el buen o mal manejo de los pesos y centavos, corresponderá al Poder Legislativo el escrutinio financiero, aunque, a decir verdad, es predecible la decisión de los representantes populares dada la mayoría tricolor en el Congreso Local y el tradicional “maiceo” del sistema a los de supuesta oposición.
HERNANDEZ FLORES no eludió el tema de la inseguridad en Tamaulipas a la que calificó como “fenómeno inédito”. No obstante, minimizó el flagelo adjudicándolo sólo “en algunas comunidades”.
El acto de cortesía fue para agradecer al gobierno federal la presencia de las fuerzas armadas pertenecientes al Ejército, la Marina y la Policía Federal.
Momento emotivo fue, sin duda, cuando el mandatario hizo alusión al doctor RODOLFO TORRE CANTU, quien perdiera la vida trágicamente al igual que el diputado ENRIQUE BLACKMORE y tres personas de ese equipo político.
Respecto al magnicidio, el gobernador EUGENIO HERNANDEZ se concretó a manifestar que “los tamaulipecos seguimos clamando justicia, transparencia y eficacia en el esclarecimiento de los hechos”.
El respetable ovacionó de pie al ex Secretario de Salud, mismo gesto brindado al gobernante al momento de anunciar el término de su período constitucional.
Lógicamente, la presentación del gobernador electo EGIDIO TORRE CANTU motivó atronadora salva de aplausos, mismos que agradeció discretamente.
Quedó más que claro que el atuendo distintivo del sexenio que inicia con el próximo año será la corbata en color naranja, prenda que lució el futuro mandatario en el Polyfórum.
Corrido ese velo, faltará que el nuevo titular del Poder Ejecutivo dé “color” acerca de cuál será el hobby de moda.
Pronto, muy pronto, se sabrá.
Y hasta la próxima.
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