


– Por dos horas convivieron en unidad y solidaridad.
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- En un acto de solidaridad con los medios de comunicación de esta ciudad, la comunidad católica de la catedral del Espíritu Santo, a través del sacerdote Rogelio Lozano Alcorta, les ofreció una posada en la que hubo además de regalos y comida, el deseo de apoyo mutuo para transmitir a la sociedad un mensaje de paz.
La reunión tuvo lugar en los sótanos del templo a las 10 de la mañana, en donde se reunieron cerca de 30 comunicadores que juntos y unidos como pocas veces, disfrutaron de la convivencia ofrecida por los religiosos.
Previo al convivio, el sacerdote repartió unas hojas de papel en las que estaba impreso el canto tradicional de las posadas, por lo que los comunicadores se dividieron en dos grupos; los que estaban adentro o posaderos, y los de afuera que pidieron la posada.
Un breve recorrido por los sótanos de la catedral, en donde comunicadores cargaron las imágenes del niño Dios, de María y de José, para luego colocarlas en lo que sería un nacimiento.
De ello, el religioso comentó que “como Iglesia quisimos manifestar la necesidad de renovar la esperanza. Cristo Jesús, que es el rey de la paz, viene a renovar la esperanza en nosotros los mexicanos y en el mundo entero, y por eso hacemos una reflexión basada en el documento de nuestros obispos que nos exhortan a la paz”.
Enfatizó que el objetivo de la posada es vivir el sentido de lo que es el nacimiento de Cristo, un Cristo, dijo, que viene a traer paz al mundo, y así fue, ya que los comunicadores se contagiaron del fervor católico de la posada organizada en su honor.
Mientras era servido un delicioso platillo elaborado a base de pavo con gravy, espagueti y puré de papa, el padre Rogelio fue anunciando los números ganadores de una rifa, que previamente habían sido entregados.
Dijo el padre que esta temporada son tiempos de renovación de la esperanza, “y por eso quisimos compartirles a ustedes este material para que lo difundan en sus lugares de trabajo y en sus familias, y esperamos que las familias del mundo nos uniéramos en oración y no solo en una convivencia familiar o en un evento social”, expresó.
Al terminar la convivencia, cada reportero recibió un regalo, Nadie salió del templo con las manos vacías, y lo mejor de todo, según dijo el sacerdote, fue el espíritu de solidaridad y de unidad que se vivió por un par de horas.