La inseguridad mata las ilusiones de paisanos

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– Deciden ya no regresar a México.

Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA

Nuevo Laredo, Tamaulipas.- A Heriberto Sánchez, un paisano oriundo de Jalpan, Querétaro, la inseguridad le mató sus ilusiones porque la tienda que pensaba poner en su pueblo le quedará en el olvido, ya que hasta ese lugar, distante más de 200 kilómetros de la capital estatal, el crimen organizado ya tiene presencia.

Hace 25 años salió de Jalpan, obligado por una crisis que mató el empleo en la construcción, por lo que emigró a Estados Unidos para juntar un capital y rehacer su vida y la de otros habitantes del pueblo, generando empleo.

“Pero ya no puedo hacer nada porque la inseguridad mató mis ilusiones; tenía ilusiones de progresar en mi tierra, y ya no puedo”, explica con rabia y culpando a las autoridades de no haber detenido a tiempo ese cáncer que impide a otros iguales a él de regresar a sus pueblos natales.
Heriberto trabajo durante 25 años para juntar un capital y poner un negocio en Jalpan, cosa que nunca habría logrado soñar si no hubiera emigrado a Estados Unidos. Pero ahora que puede tampoco lo logrará, debido a que la inseguridad ya llegó hasta su pueblo.

“Me han contado amigos y familiares que la delincuencia no deja poner negocios, te los quita y no te deja hacer nada”, reitera con amargura.

En 1986 salió de Jalpan derrotado por la falta de empleo, por lo que decidió probar mejor suerte en Texas, donde trabaja como contratista en la construcción, pero ahora como emigrado legal, por lo que no tienen temor de una deportación.

Sus cuatro hijos, Ericka, de 21 años; Cristina, de 15; César, de 9, y una pequeña de seis años, estudian en escuelas que en Jalpan no existen, por lo que agradece al vecino país haberle dado lo que su propio país no le dio; trabajo para él y educación para sus hijos.

“Mis hijos nunca tendrían en México lo que aquí tienen, y lo que nunca pude hacer en mi pueblo lo estoy logrando aquí”, explica con satisfacción.

Sin embargo, la nostalgia lo invade, pero se detiene al pensar que la inseguridad le puede quitar todo lo que ha ganado en esos 25 años de trabajo duro y constante.

Reitera: “Yo quería juntar dinero para poner un negocio en mi pueblo para ayudar a mi gente, pero tanta inseguridad mata la ilusión de cualquiera. Esa es la realidad”, sostiene con voz templada.
A pesar de la discriminación que ha sufrido en Estados Unidos, dice que vale la pena sufrirla porque le da valor para continuar trabajando.

Heriberto se encuentra en Laredo, Texas, a unos metros de la línea fronteriza con Nuevo Laredo. Forma parte de la caravana de paisanos queretanos que decidieron unirse en el camino hacia Jalpan, para amortiguar los efectos de la inseguridad y entirse protegidos al ir en caravana.

“No confiamos en las autoridades, pero son las únicas que nos pueden proteger”, por eso vamos “, explica más confiado al saber que desde que la caravana ingrese a México, será custodiada por elementos del ejército, Policía Federal y autoridades estatales y locales en las entidades por las que cruce el convoy de paisanos hasta llegar a Jalpan de Serra, en donde sus familiares los esperan.

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