Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.-Reza un viejo adagio- y como la sabiduría popular nunca se equivoca- “tiempos pasados, fueron siempre mejores”, parece aplicarse en muchos aspectos, incluyendo también a la industria del cine nacional, pero no el actual que se consume en “churros” y bodrios que hacen apología de la delincuencia y ficheras con albures, si no aquel cine de los tiempos de los abuelos y que hoy son objeto de culto entre generaciones de nuevos mexicanos.
¿Quién no recuerda o ha visto aquellas películas en blanco y negro mexicanas?, acaso tampoco sonrió o lloro con la comicidad o dramas que eran retratados fielmente en la pantalla grande, cuando existía creatividad y autentica “tabla actoral” que escasea en el presente, en donde se forman “actores” al vapor y son tan solo producto de propaganda fatua y mediática.
Sin duda alguna hay un grupo de actores que sobresalen en aquella pléyade de “monstruos” de la actuación: Sara García, Andrés y Fernando Soler y el inolvidable Joaquín Pardavé “Don Susanito Peñafiel y Somellera”.
LOS HERMANOS SOLER
Los hermanos Soler fueron 8 hermanos nacidos en el norte del país, Fernando y Andrés en Coahuila a finales del siglo XIX, hijos de actores españoles, traían consigo la vena actoral y pronto empezaron su vida en los escenarios, agregándose después Domingo y Gilberto.
Fernando Soler fue el emblemático padre de familia estricto, riguroso y lleno de complejos moralistas con el cual se identificaron generaciones de padres e hijos perseguidos por esos principios radicales, talentoso actor que tenía la facilidad también de la comicidad como pícaro hombre maduro enamorado de cuanta mujer se le aparecía, Andrés era el hombre experimentado que versátil en sus personajes se consagró como el legendario “tío” o “padrino” consentidor y junto a Fernando o Domingo- sus hermanos- era una suerte de consciencia que los metía en orden, singular su capacidad histriónica.
Empezaron sus carreras jóvenes y pese a ello, la memoria de los mexicanos los recuerda ancianos, llenos de canas y como si fuesen de avanzada edad- pareciera que hubiesen nacido en la senectud-.
SARA GARCIA Y JOAQUIN PARDAVE
Sara García “La Abuelita del Cine Mexicano” es recordada como pareja de muchas películas al lado de Joaquín Pardavé, maestro de la actuación, director y compositor, la dupla conformada por ambos ha legado al cine mexicano autenticas joyas que hoy son motivo de culto a nivel mundial como: “El Hombre Inquieto”, “La Familia Pérez” “El Ropavejero”.
Doña Sara García es la mítica figura legendaria de la abnegada madre mexicana, aquella mujer sumisa y dispuesta a soportar todo, incluso las humillaciones de sus hijos y la ingratitud ante su condición humilde, tantos culebrones que heredó para la historia como: “Acá las Tortas” con Ramón Orellana, “El Papelerito”, “Azahares para tu boda” y aquella actuación impecable como la abuelita de los “Tres García” en donde compartió créditos con: Pedro Infante, Abel Salazar y Víctor Manuel Mendoza.
Hay una anécdota que describe el profesionalismo de Sara García en 1940 fue convocada para actuar en la cinta “Allá en el trópico” en donde interpretaría a una abuela- pese a tener 45 años de edad- se tiño el peló cano y sin quitó la dentadura para imprimir un mayor realismo, ahí surgió el personaje de la “abuelita” que continuó caracterizando hasta su muerte a los 85 años de edad en 1980.
Fernando Soler, falleció en 1979 fue el más longevo de sus hermanos, cuando falleció contaba 84 años, pero desde muchos años antes ya había perdido a sus hermanos y compañeros de actuación Andrés Soler fallecido en 1967 y Domingo en 1963.
Joaquín Pardavé murió en 1955 con apenas 55 años de edad y a su deceso se corrió una leyenda popular que aun prevalece y que refiere que fue enterrado vivo, ante ataques de epilepsia que padecía, ese rumor lo propaló el periódico “La Prensa” y aunque la familia lo desmintió nunca se efectuó la exhumación para comprobar las versiones.