Lo que quedó abandonado en 2010 en hoteles de Europa

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Pelucas, dentaduras postizas, enormes cantidades de dinero en efectivo, son algunas de las cosas que se quedaron atrás en hoteles de Europa, en 2010.

A nadie podrá sorprender el hecho de que un pasajero de hotel olvide algún objeto personal en el cuarto alquilado donde ha permanecido una temporada.

Celulares, relojes de pulsera, cámaras fotográficas, llaveros son, por lo general, los objetos abandonados que más frecuentan las estadísticas.

Sin embargo, la cadena Travelodge, del Reino Unido, cuenta entre sus más preciados tesoros abandonados por olvidadizos clientes una dentadura de oro avaluada en diez mil dólares.

Otro cliente decidió no llevarse consigo un grupo de Daleks, robots de tamaño humano que figuran en una tradicional serie de televisión de la BBC, Doctor Who, mientras que otro abandonó un caballo mecedora.

Revelaciones

Un portavoz de la cadena le dijo a la BBC que el departamento de objetos perdidos y encontrados “proporcionaba toneladas de revelaciones”.

Por ejemplo, un reloj Rolex incrustado de diamantes con un valor de US$75.000. Otra revelación: un paquete con US$15.000 que había ido parar a un tarro de la basura.

¿Quién podría haber dejado abandonadas las llaves de un Rolls-Royce Phantom en la ciudad de Chester, en el noroeste de Inglaterra?

La firma recalcó que, en los cuartos de sus hoteles de todo el país, los clientes dejaron tirados unos 20.000 libros, la mayor parte de ellos, biografías.

Junto a éstos, los empleados de Travelodge lograron volver a juntar, en doce meses, 75.000 ositos de peluche con sus respectivos y pequeños dueños.
El resto de Europa

En cuanto a dinero, el hotel Palazzo Magnani Feroni, de Florencia, Italia, un huésped dejó abandonados unos US$1.500, sólo que el dinero estaba en monedas.

Hablando de mayores cantidades, la gerencia del Hotel Milano, de la ciudad de Bérgamo, alcanzó a telefonearle a la pareja que había olvidado US$35.000 en la caja fuerte, justo cuando marido y mujer se aprestaban a abordar el avión.

Otra de coches de lujo. En el hotel Hesperia Tower, de Barcelona, un cliente olvidó las llaves de su Ferrari Testarossa. Alguien del personal corrió hasta el estacionamiento del hotel, con las llave en la mano.

El Ferrari había desaparecido. Hasta hoy no se explican cómo echó a andar el coche el cliente ni por qué no ha vuelto más por las llaves.
Una de animales

No es de extrañar que los hoteles registren el abandono de perros, cacatúas, gatos o canarios.

Pero, hablando de animales, lo ocurrido en el Tívoli Marina Vilamoura, del Algarve, en Portugal, no tiene paragón.

Un huésped salió de pesca y volvió con un tiburón vivo, al que comenzó a mantener en la tina de su baño, totalmente ignorante de que los tiburones necesitan agua salada para sobrevivir.

Cuando el escualo comenzó a mostrar síntomas de debilidad, el cliente decidió abandonarlo, y dejar que el empleado que entró a limpiar su cuarto se llevara el susto de su vida. El tiburón fue devuelto a su hábito natural.

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