Hugo Reyna/EnLíneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.-Sin reparar en el hecho de que su incipiente carrera política la formó a la sombra del ex –presidente municipal Oscar Luebbert Gutiérrez a quien sirvió como secretario del Ayuntamiento. Miguel García Ahedo se ha sumado al grupo de inquisidores y al juicio sumario que arroja a la hoguera al ex –alcalde, acusándolo de los riesgos legales y económicos que hoy enfrenta la administración de Everardo Villarreal Salinas, la misma a la cual García Ahedo- siempre alentado y apoyado por Luebbert- ahora pretende colarse desde la presidencia del PRI.
Sin pudor alguno y sentimiento de gratitud a quien lo apoyó política y económicamente en su encargo público. Miguel García Ahedo concede toda clase de denuestos contra Oscar Luebbert a quien acusa de responsable de las condiciones en que fue elaborado el contrato de concesión de servicio de limpieza con “Pasa”.
En una declaración al periódico “La Prensa”. El ex –secretario del Ayuntamiento, concede que el no firmó dicho convenio, por estar gozando de una licencia y colaborar en la campaña de Everardo Villarreal- permiso otorgado por Luebbert- en sus declaraciones asume una actitud de alguien totalmente ajeno a la pasada administración, como si el tema mismo le fuera desconocido- pese a los dos años y 10 meses que colaboró en ella.
Lanza lodo contra el ex –presidente municipal de Reynosa y quien ocupara su cargo por dos meses (Cinthia Reyna López) regresando a su puesto público como si nada, siempre apoyado por Luebbert a quien sin miramientos traiciona y le muerde su mano, todo por arribar a la dirigencia del PRI.
Desacreditado como interlocutor político del Cabildo, en donde nunca logró apaciguar las insurrecciones de regidores priístas contrarios a su entonces jefe, Miguel García Ahedo recurre a la estrategia como otros del olvido colectivo y hoy con sus anhelos puestos en el PRI en Reynosa, se alista a lo que considera le pertenece por meritos y concesión personal.
Nacido en Ciudad Victoria y con apenas 5 años viviendo en Reynosa, supone que cuenta con suficientes meritos que otros más para ocupar la dirigencia del PRI, partido al cual nunca hizo beneficio alguno, menos como presidente de la Fundación Colosio.
