La Relajación, un elemento vital para el bienestar

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Sauer da una clase a adultos en Berlín para aprender la progresiva relajación muscular, técnica que puede ayudar a calmar la mente mediante un trabajo físico.

Berlín, Alemania.- Envueltos en mantas, los participantes del curso yacen en el suelo en una sala con escasa luz mientras que Michaela Sauer les da instrucciones con voz calma. “Concéntrense en su mano derecha y en el antebrazo. Tensen los músculos cerrando la mano en un puño”, afirma, y luego les pide que la suelten de golpe para relajar los miembros.

“Céntrate en cómo se siente la relajación, en cómo se extiende la relajación”, añade.

Sauer da una clase a adultos en Berlín para aprender la progresiva relajación muscular, técnica que puede ayudar a calmar la mente mediante un trabajo físico. Los participantes sufren de estrés, migrañas e insomnio.

“El objetivo es lograr, con la práctica regular, una actitud interna de relajación y calma”, señala Sauer y subraya que esta actitud ayuda a reducir el estrés.

La técnica fue desarrollada en los años 20 por el psicólogo y médico estadounidense Edmund Jacobson, quien descubrió la estrecha relación entre la tensión emocional y la musculatura voluntaria.

“Muchos problemas físicos a menudo no tienen una causa física”, explica Ute Repschläger, presidenta de la Asociación Federal Alemana de Psicoterapeutas Independientes. Ella defiende un acercamiento holístico a la salud porque “mente y cuerpo están estrechamente vinculados”.

El agarrotamiento en la parte posterior de la nuca, por ejemplo, está vinculada a una respuesta evolutiva muy antigua al estrés: para esconderse, uno intenta hacerse más pequeño encogiendo los hombros, lo que hace que se tensen los músculos, señala Repschläger.

Y añade que los dolores en el cuello y de cabeza pueden deberse a problemas en la columna, pero que si ocurren de forma repetitiva es necesario aprender a relajar la musculatura.

“Jacobson estaba convencido de que el exceso de tensión causaba la mayoría de las enfermedades de la sociedad moderna”, subraya el psicólogo y escritor Dietmar Ohm, presidente de la Sociedad Alemana de Técnicas de Relajación. Por ello optó por un enfoque físico -más específicamente muscular- frente a las técnicas autogénicas, basadas en la concentración mental.

El principio es sencillo: siguiendo un patrón secuencial, los grupos de músculos se tensan durante unos diez segundos -sin acalambrarse- y luego se los relaja de manera abrupta. El ciclo de tensión-relajación se repite a los 45 segundos. Al principio todos los grupos de músculos se tensan por separado, pero los más expertos pueden llegar a hacerlo con varias combinaciones a la vez.

Ohm destaca que la técnica tiene un efecto psicosomático doble. Una profunda relajación en los músculos se extiende a todos los órganos, lo que hace que todo el cuerpo se relaje. Se hacen más lentos la respiración, el latido cardíaco y la digestión. Y eso, a su vez, mejora el bienestar general.

La ventaja de este método es que la gente por lo general se siente mejor ya después de la primera sesión, subraya Ohm. Como es muy difícil que alguien se concentre tanto en sí mismo la primera vez que bloquee todo lo demás, la habitación tiene que estar lo más vacía posible de distracciones, y ayuda el estar cómodamente tumbado en el suelo, dice Repschläger.

“Pero el objetivo final es poder aplicar la técnica sin importar lo que nos rodee”, añade. Hacerlo sentados es un paso más avanzado, y en cierto momento la persona podrá, por ejemplo, relajarse y hacer ciertos ejercicios sin que lo noten sus compañeros de trabajo en la oficina, explica.

Según Ohm, “la relajación progresiva es también un entrenamiento de las sensaciones”. Las personas aprenden a sentir su cuerpo, a percibir la tensión y a hacer algo para evitarla.

Sauer guía a sus alumnos por todos los grupos de músculos. Después de la mano derecha sigue la parte superior del brazo, luego la zona izquierda, la frente, la nuca, el torso y al final los pies. En ese momento, como muy tarde, todos estarán profundamente relajados.

Luego sigue una “retracción” para que nadie se duerma. Sauer pide a todos que estiren y doblen sus brazos tres veces, que inhalen profundamente y abran los ojos. Eso los trae de vuelta al aquí y ahora, y, si todo marchó bien, con la mente y el cuerpo renovados.

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