
– Fueron separados de sus hijos.
Gastón Monge/EnLíneaDIRECTA
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Luego de 15 años de vivir en Estados Unidos como indocumentada, una infracción de tránsito motivó su deportación a México, por lo que estuvo presa dos semanas antes de ser enviada a México por esta frontera.
María Luisa, de 30 años, fue deportada desde Atlanta, Georgia, la noche del martes por el puente internacional II junto con otros 24 mexicanos, pero para ella la repatriación significó la desintegración de su familia.
Sin saber qué hacer aún, María Luisa solo piensa en que el tiempo mejore para cruzar la frontera y reunirse con sus tres hijas, Stephany de 12 años, Leslie de 10, y Marian, de 8 años de edad, quienes quedaron desamparadas por ser madre soltera.
“Fue un error que nunca cometí en los 15 años que viví en Houston”, dice María Luisa, quien es originaria de Zacatecas, tras mencionar que tomaba una cerveza cuando manejaba su auto, lo que motivó que fue detenida por un agente vial.
Ahora se encuentra en el albergue municipal en donde junto con otras 45 personas, intenta mitigar el fuerte frío que invade la región.
“Quiero ver a mis hijas, y no importa cómo le voy a hacer pero voy a verlas”, expresa decidida.
En los dos años que estuvo presa, dice que la maltrataron por ser mexicana, y aunque le daban de comer tres veces al día, la comida estaba fría y en ocasiones echada a perder.
“Me daban frijoles echados a perder y pan duro. No les importaba que fuera madre soltera”, reitera, tras mencionar que se quejó ante el consulado de México en aquella ciudad, pero que no le hicieron caso.
Pero lo peor fue cuando la trasladaron en camión hasta Laredo, Texas. Dice que a los hombres los encadenaron de pies y manos, como si fuera criminales, mientras que a ella la separaron en una especie de celda dentro del autobús, y que le pusieron una cerca a su asiento con candados y cadenas.
Caso similar es el de Francisco Hinojosa, un recio hombre de 43 años de edad que fue detenido en Houston y deportado a esta frontera la noche del martes.
“Viví 31 años en Houston y nunca cometí un delito, pero me achacaron uno que no cometí, por lo que fueron a buscarme a mi trabajo para detenerme por un robo que no cometí. Fue un pretexto para deportarme”, menciona con amargura.
Su esposa hondureña también fue detenida, pero aún se encuentra presa en una cárcel de Houston, desde donde será deportada a su país, y separada de su esposo y de sus cuatro hijos, aunque dice que no intentará cruzar de nueva cuenta la frontera.
Otros 28 mexicanos que fueron deportados se encuentran también en el albergue municipal, esperando que el tiempo mejore para decidir si intentar cruzar otra vez la frontera, o retornan a sus comunidades.