Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *No desistir: la clave

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El inolvidable amigo, tocayo, locutor y ser humano Carlos Adrián Avilés Bortolussi, tenía una forma peculiar de concluir su programa “Alegría Matinal”. El periodista Mario Alberto Buenfild escribió en ocasión de la partida de Avilés: “Aún hoy suelo escuchar el eco del pasado cuando al término de su programa “Alegría Matinal”, nos motivaba con lo que durante años fue su firma de despedida. Un corte de Rudyard Kipling. “Cuando vayan mal las cosas/ como a veces suelen ir/ cuando ofrezca tu camino solo/cuestas, que subir/ Cuando tengas poco haber/pero mucho que pagar/y precises sonreír/ aun teniendo que llorar/cuando el dolor te agobie/ y no puedas ya sufrir/descansar (hermano) acaso debas/pero nunca desistir”. Y cerraba el micrófono”.
Valgan las palabras de Buenfild para recordar las líneas de Kipling y la oración cotidiana de don Carlos, porque finalmente, la frase sugería una plegaria al creador para agradecer lo que somos, pero sobre todo, no dejar que el pesimismo o la mala ventura nos ganara, sino por el contrario, tomar fuerzas de cualquier parte, entusiasmo suficiente para seguir caminando, nunca desistir, nunca dejar de luchar, pues.
Y es que probablemente hoy nos esté haciendo falta ese entusiasmo que escribió Kipling y que escuchábamos de lunes a viernes por la radio: mucha gente no tiene la fuerza necesaria para hacer lo que se debe y fomentar el crecimiento de valores que nos permitan vivir mejor, o que nos ayude a cambiar el rumbo que toman los acontecimientos.
Somos históricamente una nación muy especial: nuestros ancestros tenían grandes valores que conocemos a través de testimonios que están ahí, en los libros. La lectura de todo cuanto hemos sido nos favorece, nos motiva y debemos aprovechar ese entusiasmo para crecer como personas y como sociedad.
Pero, algo muy importante resulta ser el no desistir, el no tirarnos para atrás o dejar de luchar por los ideales que alguna vez soñamos y que tienen que ver con el futuro de cada uno de nosotros y los de la familia.
De esa forma, nació en una ocasión, ya hace casi cinco años, el sueño de la caminata en favor de las personas con diabetes y el llamado al mundo acerca de esta pandemia que vivimos y que estamos tratando de hacer frente, aunque la verdad sea dicha, no es nada fácil, tomando en cuenta la forma en que se aborda por parte de quienes la padecemos, y porque no nos interesa el bienestar físico, mientras no nos cause problemas manifiestos.
En ese sentido, hemos decidido volver a realizar la caminata a través de las provincias del viejo continente, desde San Jean Pied de Port hasta Finisterre, enarbolando de nuevo la bandera del autocontrol, de la concientización en pro de quienes vivimos con diabetes y nuestras familias.
Hemos proyectado una nueva marcha, porque no nos gusta desistir de la lucha iniciada hace casi ya dos décadas, y en la que hemos encontrado una solidaria complicidad de colegas periodistas y medios de comunicación. Hoy hemos decidido reiniciar esta cruzada, y hemos de programarla para la segunda mitad del año que cursa: 2011 será la fecha de un tercer recorrido por el Camino de Santiago, y será entonces el momento de gritar de nuevo esa voz de alerta por las complicaciones que pudiésemos vivir si no tomamos en serio esta amenaza llamada diabetes mellitus.
Cuando llevamos cabo aquella caminata encontramos también una complicidad y apoyo en gente de la iniciativa privada tamaulipeca, en organizaciones y el sector oficial. Suponemos que hoy no será la excepción y volveremos a lograr el apoyo para llevar a cabo este proyecto. Es importante decir al mundo que tenemos ganas de vivir, que no queremos desistir, que no vamos a estar sentados en una silla esperando que la diabetes consuma nuestra existencia.
Es tiempo de volver a caminar, pues.
Y en ese tenor, la invitación a todas esas personas que tienen alguna afectación física, clínica o emocional, para que no desistamos, para que sigamos luchando por lo que quisimos siempre, y para que México vuelva a ser esa nación de la cual estamos bastante orgullosos por pertenecer a ella.
Como tamaulipecos, queremos también hacernos notar en el contexto mundial, porque somos importantes, porque somos parte de un gran país, y porque no vamos a permitir que sigan denigrando nuestra existencia, porque no queremos que sigan pensando que somos una entidad de terror, porque queremos que todos salgamos de nuevo a trabajar… porque no vamos a desistir, en pocas palabras.
Es tiempo de volver a retomar nuestros orígenes y hacer una lucha común todos unidos, por nuestros hijos, porque no se sientan amenazados y tengan el orgullo de aprender en casa que los valores personales, humanos y sociales, deben mantenerse intocables por sobre cualquier circunstancia que vivamos.
Es tiempo de volver a luchar con todo el entusiasmo del que somos capaces.
México merece eso… y más.
Comentarios: [email protected]

Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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