Entre nos/Carlos Santamaría Ochoa*Accidentes mortales

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Accidentes mortales

Son aterradoras las cifras que las autoridades reportan en cuanto a accidentes, y la cantidad de fallecimientos que se registran: muchos mexicanos fallecen por esta causa y tiene una liga muy estrecha con tres aspectos: la falta de precaución, el exceso de velocidad… y el alcohol.
En este sentido, vemos números en todos los estados, en el país en general, y nos llama la atención el hecho de que no se pueda conjurar este problema. Los accidentes están ubicados dentro de las principales causas de muerte en el país; diabetes mellitus, cáncer, enfermedades cardiovasculares y accidentes son las que nos dan la pauta a seguir en cuanto a las acciones que pudieran instrumentarse a fin de evitar algunos decesos.

Ya las autoridades correspondientes se cansan de llevar a cabo campañas, mismas que se incrementan en días de asueto, aunque hemos de reconocer que la exigencia oficial ha dado sus frutos: menos muertes en carretera, y para muestra, la última semana santa en Tamaulipas, donde se registraron pocos incidentes de esta naturaleza.

Sin embargo, las páginas policiacas nos llenan de nombres, acontecimientos, fechas y datos que reflejan que los accidentes son un tema que hay que enfrentar con todo rigor, de ahí la importancia que tiene la campaña que inicia a Secretaría de Salud en la entidad, y que considera la alternativa de utilizar el alcoholímetro, ese “aparatito” que muchas personas aborrecen pero que, finalmente, salva muchas vidas, aunque a un coste elevado económicamente hablando, dado que quienes son objeto de una detención por conducir en estado inconveniente, siempre tienen pretextos para afirmar que fueron abusados en su integridad o que sus derechos fueron pisoteados. Nada más falso que las palabras de quienes, amparados en el consumo inmoderado de bebidas etílicas consideran una injusticia el haber sido puestos fuera de circulación.

La gente que es detenida siempre tiene pretextos y además, todos confiamos en nuestros buenos reflejos, “al fin que no vamos tan alcoholizados”, dicen unos, pero la verdad es que manejar borracho es equiparable a un grave delito que tiene que ver con las muertes.
No puede decirse que la responsabilidad es mínima cuando estamos jugando con nuestra vida y la de los demás, porque por lo general, el borracho que choca se lleva a alguien de encuentro, sean amigos que viajaban con él, o simples personas que tuvieron la desgracia de cruzarse en el camino de estos valientes borrachines.

En este sentido, la secretaría de Salud en Tamaulipas que dirige el doctor Norberto Treviño García Manzo ha anunciado que incrementarán medidas, por una parte, para desalentar el consumo de alcohol en los que manejan, principalmente el sector juvenil, donde se registra un porcentaje bastante importante de accidentes automovilísticos, aunque los adultos y adultos mayores no nos salvamos, porque también hay mucho tomador que maneja sin responsabilidad y sin precaución.

Pero, ¿Qué estamos haciendo en casa para evitar estos malos momentos? Sin duda alguna, nos entristecen sobremanera cuando los padecemos o vivimos de cerca a través de amistades o personas que se desenvuelven en nuestro entorno.

No podemos dejar de pensar en la responsabilidad tan grande que tenemos como parte de la familia en el sentido de que si no se hace algo urgente, vamos a seguir teniendo el fantasma de los accidentes muy cerca nuestro, lo que, en definitiva, aporta su cuota importante a la angustia y el estrés de la misma familia.

Si nuestros hijos gustan de divertirse con alcohol de por medio, habrá que recordar las enseñanzas de Baden Powell quien, en su libro “Roverismo hacia el éxito” explicaba a los miembros de los clanes de Rovers cuyas edades oscilaban entre los 17 y 23 años, que el alcohol no es lo mejor que hay en la vida y se tiene que trabajar muy fuerte para evitar ser víctimas de sus consecuencias, muchas veces, fatales, como hemos dicho antes.

Empecemos por lo primero: no manejar con síntomas de ebriedad, entender que somos ejemplo para los hijos, y por muy importantes que seamos, nada se compara con la tranquilidad de verlos sanos. El dinero no compra salud y eso lo sabemos; cuando hay un accidente y alguien queda discapacitado, por muchos millones que pudiera tener, su prótesis no dejará de ser eso, y los miembros perdidos nunca regresaran. Al día de hoy no hay chequera o cartera alguna que sustituya a alguien que quedó discapacitado… o en estado vegetativo.

En todas partes existen ricos, muy ricos que están en una muy bonita y lujosa cama, con todas las comodidades pero sin poderlas aprovechar o disfrutar, porque un estado de coma no permite nada de lo anterior.

Cada uno de los miembros de la sociedad debemos aplaudir las medidas que ha anunciado la secretaría de Salud, así como autoridades de seguridad y tránsito para tratar de disminuir los porcentajes de siniestros automotrices. Es urgente tomar medidas, y si la autoridad está haciendo su parte, no tenemos más que hacer lo que nos corresponde, porque, finalmente, son nuestros los hijos que manejan y se divierten… y a veces, que se accidentan o fallecen.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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