Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Faltos de… carácter

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Es una vergüenza leer noticias en las que los dirigentes del Partido Acción Nacional, específicamente Javier Garza de Coss, se quejan de que todo mundo está llevando a cabo un complot para ubicar “a modo” –así dice- al nuevo dirigente blanquiazul.
Lejos de ayudar o denunciar, Francisco Javier se exhibe como un dirigente ajeno a sus militantes, falto de carácter, poco atrevido y firme de convicciones y, además, un individuo que ve enemigos por doquier. Pobre hombre, sinceramente, porque con esa mentalidad va a acabar con tensión nerviosa extrema o se ocasionará problemas que vienen por ésta, como la diabetes o la hipertensión.
Resulta inverosímil y hasta cierto punto cómica la versión que maneja en el sentido de que funcionarios del gobierno estatal y miembros del PRI están metidos “hasta la coronilla” en el asunto de la elección de quien le sucederá, acusando a los referidos de intervenir para tener una dirigencia “a modo”, según explica.
Entendamos: o son poco inteligentes o de plano, nada tienen que hacer en la política. Es natural que una persona con una simpatía quiera tener las cosas de los de enfrente a modo para poder lograr sus objetivos, pero, de ahí a que sea una realidad, dista mucho de ser cierto.
Al diputado Antonio Martínez Torres lo acusan de ser protagonista en el complot contra Acción Nacional; a Felipe Garza Narváez también, y seguramente, en la semana que inicia en breve surgirán otros nombres con quienes justificar su falta de liderazgo y carácter, o de plano, sus acciones poco conjugadas con la honestidad que quiera tapar con un escándalo por la fachada.
Ya el dirigente estatal del PRI en Tamaulipas, Lucino Cervantes Durán expuso su opinión al respecto, y sugiere que los miembros del partido albiazul tienen graves problemas, porque la dirigencia insiste en que sus representantes delegacionales están influenciados por distinguidos priístas.
O de plano, sugiere que son muy astutos los tricolores, o por el contrario, subestima el coeficiente de inteligencia de sus delegados, porque eso de pensar que serán convencidos habla, por una parte, de personas débiles de carácter o poca inteligencia.
Asumiendo que buscan como justificarse siempre, suponemos que hay un poco de ambas cosas. Recuerde el lector que el secretario de Trabajo Lozano piensa que los del PRI están jugando contra su candidato en el estado de México por no aprobar la reforma laboral resulta infantil, ilógico, o de plano, un mucho de falto de inteligencia.
Los priístas, dice Lucino, están ocupados en sus renovaciones de dirigencias y acciones partidistas en aras de seguir siendo la principal fuerza política en Tamaulipas, y suponemos que poco tiempo tienen para estar calentando la mente de los miembros de un instituto político caracterizado por sus actos de intimidación y corrupción a través de los delegados de secretarías de estado en la entidad, y de otras acciones que tanto criticaban antaño.
Son, pues, poco inteligentes, poco firmes o demasiado…
Por su parte, la diputada Guadalupe Flores de Suárez piensa en forma similar al dirigente de su partido: rechaza que haya intromisión del Congreso para obligar a poner a determinada persona en la dirigencia del PAN. Seguramente, algunos legisladores de este último partido pensarán y declararán furibundos contra el Congreso, el gobierno estatal y otras personas, aduciendo injerencia ilegal.
¿Más ilegal que lo que hacen los funcionarios federales en aras de convencernos de que el presidente está actuando bien? No queramos tapar el sol con un dedo o una mano, y asumamos cada quien su cuota de responsabilidad.
De todos es sabido que Francisco Javier Garza de Coss se ha caracterizado por la poca energía hacia sus militantes, por la voracidad y formas ilegales de manejar recursos, así como por su capacidad histriónica a la hora de acusar al PRI de todas sus desgracias.
Da mucha flojera ver que en lugar de trabajar en aras de mejorar el número de militantes se la pasan criticando al PRI. ¿No tendrán algo mejor qué hacer?
El procedimiento de renovación de la dirigencia del PAN es responsabilidad únicamente de ellos, y la verdad es que a nadie de fuera le interesa si llega la senadora por sorteo, el dirigente municipal que ha renegado de todo y todos, o algún diputado, senador o militante determinado. Eso compete a los panistas, porque serán ellos quienes disfruten o sufran su elección y los subsecuentes resultados.
Si el dirigente resulta adecuado, tendrán su recompensa; si es “malito”, también padecerán las consecuencias.
Resulta molesto ver la forma en que se pretenden justificar antes de que suceda lo que están conformando. Resulta ilógico pensar que todo mundo está pendiente del PAN, cuando cada quien tiene sus responsabilidades, pero bueno, qué podemos esperar. Ya ve que Bravo Mena está justificando su aplastante derrota en el Edomex desde hoy, culpando a todos los de su entorno, lo mismo que hace el señor Calderón, cuando culpa a gobiernos municipales y estatales de su mala fortuna para llevar las cosas.
Son conductas albiazules que la gente repudia por ser como son.
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Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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