Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Lucha contra el dengue

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Todos sabemos que las distintas épocas del año traen consigo una serie de padecimientos que se incrementan por las condiciones de clima u otras pero que tienen repunte en ciertos meses o tiempos del año.
El dengue es una de ellas: sabemos que el mosquito Aedes Aegypti provoca esta enfermedad que ya se ha convertido en un problema de salud, y también ingresa en las estadísticas que nos llevan a contabilizar decesos, por su variante de dengue hemorrágico, aunque el clásico también tiene sus riesgos como lo hemos leído y vivido.
La Secretaría de Salud en Tamaulipas cuenta que hay pocos casos en el presente año, sin embargo, se espera que crezcan a poco más de mil en 2011, lo que quieren combatir con la participación y concurso de todos los que vivimos en la entidad. Las campañas contra el dengue están manejándose en medios y a través de promotores de salud, con la idea de que nos ataque lo menos posible en la entidad.
Lo ideal, sabemos, sería que no se presentasen casos en nuestro estado, pero no podemos dejar de ser atentos a la realidad, y tenemos que entender que si no se toman las medidas adecuadas, los hospitales tendrán de nueva cuenta su crisis en cuanto a ingresos por culpa del mosco de referencia.
El director de medicina preventiva de la Secretaría de Salud Francisco López Leal confirma la idea de que se esperan unos mil casos, y recordó que desde el año 2005 se hay logrado controlar el problema, mismo que en aquel entonces ocasionó varios decesos y un sinnúmero de casos en hospital. Hoy la realidad es distinta, pero la autoridad nos está convocando a participar en las medidas de prevención.
Hay quienes piensan que para eso están los empleados de salud, sin embargo, si los que pudiéramos resultar afectados no actuamos, ¿qué podríamos esperar de los que no tienen el problema en su hogar?
El dengue ataca de manera agresiva e irremediable a personas que habitan en sitios donde hay agua acumulada, cacharros y esas cosas que muchas veces tenemos en el patio de la casa y por indiferencia o apatía no resguardamos en buenas condiciones de higiene, de salud pública, pues, porque, finalmente, si usted o nosotros tenemos un criadero de mosco en un encharcamiento de las cosas y fierros viejos, no solamente afectamos a nuestros hijos, sino a los que viven cerca, y esto se va multiplicando. Así nacen las epidemias, pues.
Dice Francisco López Leal que 2 de cada diez casos provienen de gente de otras entidades que llega con el problema de salud encima y contagia a los demás, aunque el contagio, hay que explicarlo, no se presenta de persona a persona: sucede que cuando uno tiene el virus en su organismo, sigue estando propenso a ser picado por algún mosco y entonces éste se lleva el virus que transmite a otras personas, o sea, el contagio se da de mosco a mosco y pasa a las personas.
Es igual de dañino para nosotros, no importando la manera en que se multiplica, pero la verdad sea dicha, el dengue es altamente molesto y además tiene factores de riesgo en cuando a la vida de las personas.
Hay que combatirlo, hay que actuar inmediatamente y no dejar que se multipliquen estos moscos que llegan a ser factor importante en los sistemas de salud por su coste tan elevado cuando se presentan muchos casos.
Todo cuesta, y cada tratamiento del sector salud cuesta dinero, y la verdad sea dicha: no tenemos por qué pagar por cosas que se pueden evitar.
Vienen las lluvias y con ellas la húmedas en patios y solares baldíos, lo que ocasiona el incremento de casos. Ya también vemos a las brigadas pasar por las calles fumigando, las famosas fumarolas que recorren cada arteria de la ciudad y los promotores que nos ofrecen la fumigación en casa, para evitar que haya más moscos de este tipo.
Claro, con la fumigación se van todos los bichos, y eso es un “plus” para cada uno de nosotros.
Lamentable el que Paco López comente que hay un 30 por ciento de la población que hace caso omiso a las recomendaciones para evitar la proliferación del dengue. Muchas veces, usted y yo trabajamos para evitar un problema, pero al vecino no le preocupa y automáticamente descalifica y desactiva las acciones que hemos llevado a cabo para prevenir problemas de salud.
Es una obligación el tratar de vivir mejor y no perjudicar a los demás, de ahí que exista una sentida necesidad de colaborar.
No nos lleva mucho tiempo, como podemos ver en un comercial de televisión que maneja el gobierno de Nuevo León, por cierto, de muy mala calidad pero bien intencionado.
El dengue no tiene fronteras, no es cosa del gobierno federal o del estatal, no es del PRI o del PAN: existe y daña a la población.
No dejemos que nos afecte porque sinceramente, nada ganamos con tener el riesgo: al contrario, porque los enfermos seríamos nosotros o la gente de la familia, es decir, no el secretario de salud o el gobernador, sino que el problema aterriza en casa, en nuestra propia casa.
Es urgente poner manos a la obra, trabajar fuerte para erradicar al dengue, y aquí se necesita la colaboración de cada uno de nosotros, por lo que, no escatimemos esfuerzos y hagamos lo que debemos, en bien de nosotros y los demás.
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