Entre nos/Carlos Santamaría Ochoa *ENLACE: ¿Hacia dónde?

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Finalmente, este lunes inicia el último “martirio” académico de escolares en los niveles de primaria y secundaria: la prueba ENLACE se lleva a cabo en todas partes, y posterior a ello, nuestros hijos, al parecer, tendrán un cierre de año normal, sin las presiones que implica el sacar buena nota para que califiquen a sus escuelas y sus maestros, sin importar si aprendieron o no.

Hemos criticado este tipo de evaluaciones desde que nacieron. La verdad es que el gobierno federal no tiene empacho en querer engañarnos a los mexicanos, porque pretende que con una buena nota en ENLACE pensemos que nuestros hijos son buenos estudiantes, que tienen un nivel de primer mundo, cuando organismos y organizaciones como OCDE y otras nos muestran que el nivel está mal.

En contraparte, el señor Calderón dice que no es cierto, que estamos bien, que México es algo así como el paraíso. En fin, su realidad, ajena a lo que vivimos más de 110 millones de seres humanos, “mexicanos y mexicanas”, como dijera aquel tristemente célebre presidente de apellidos Fox Quezada.

El caso es que en todo el país se lleva a cabo esta evaluación virtual, y decimos virtual porque aunque es tomada de la realidad NO refleja lo que son las clases de nuestros hijos.

Todavía recordamos aquellos ejercicios que les impusieron en los que tenían que resolver temas que nunca habían visto en el aula de clases.

Es de lo más normal: se les mandan cuestionarios, todos, en fotocopias, porque hoy los alumnos ya no escriben en el cuaderno o lo hacen en menor escala para comodidad del profesor. Pero lo más grave es que había temas que nuestros hijos aseguran que no habían siquiera tratado en el salón. Esto, aunque haya profesores y dirigentes de aquel sindicato que avala y cobija a personas sin vocación –exacto: SNTE- que aseguren que sí se vieron los temas, la totalidad de los muchachos desconocen éstos, y únicamente quienes tienen padres preocupados que se sientan a ver y revisar la tarea con sus hijos son los que salen a flote.

Esa es la realidad, y quien diga que somos mejores, miente con toda certeza y debería ser separado del sistema educativo para que, con el señor Lujambio sigan mintiendo y engañando a millones de personas que, aparentemente, pensamos que sí es cierto lo que nos dicen.

La baja calidad educativa está latente en los planteles del país, y todos sabemos que así sucede, de ahí que, cuando nuestros hijos llegan a ir al extranjero, les descalifican porque no tienen la calidad necesaria.

Pero no vayamos más lejos: cuando llegan a la universidad pública, la opinión generalizada es que las instituciones de educación superior oficiales son “malitas”, que no hay suficiente calidad, que no sirven, pero nadie se detiene a hacer una evaluación que a la mayoría no conviene.

A las universidades llegan estudiantes acostumbrados a pegar recortes de fotocopias que hacen los maestros, acostumbrados a no investigar, a no leer, a no propiciar la lectura de comprensión, porque en primaria y secundaria les enseñan a copiar, a aparentar que investigan cuando tienen trabajos de muchos folios, todos, producto de la cultura llamada popularmente “copy paste”, que se refiere a los comandos de “copiar” y “pegar” en las computadoras.

Esa es la realidad de la educación, y ENLACE es la primera de las muchas trampas del sistema oficial para hacernos creer que vale la pena la educación que reciben nuestros hijos.

Con esta evaluación, los planteles reciben puntos de acuerdo a su resultado, y ello va a mejorar la evaluación de los profesores que, orgullosamente tienen mejor nivel en la llamada “carrera magisterial”, y que les otorga mayor cantidad de ingresos, reconocimiento, pero cero resultados de calidad, porque los hijos siguen iguales.

A partir de este lunes, nuestros hijos serán presionados por profesores que no son los que tienen a diario, serán inclusive, en algunos planteles –porque así se estila y lo sabemos- apoyados por maestros que les dirán qué poner: “pongan aquí “a”, acá “c”… y así sucesivamente, porque buscarán que sus compañeros salgan bien librados.

Vivimos en una nación digida por expertos en engaños, y si no, recuerde usted lo de los “disparos de tequila” recientemente declarado y otras cosas similares. Recuerde usted que tenemos mucho petróleo y gasolina, pero las alzas son por otro motivo.

Recuerde usted, también, que tenemos autosuficiencia alimentaria, pero hay que importar maíz y por ello la tortilla sube de precio periódicamente. Recuerde también que nuestra moneda es muy fuerte, y que las devaluaciones son casualidades y no prácticas de mala política económica.

En cuestiones de educación, recuerde usted que tenemos al sindicato más poderoso de América Latina regenteando escuelas, devaluando la vocación magisterial, y por si fuera poco, recuerde usted que si hace los señalamientos en algunas escuelas, sus hijos pagarán las consecuencias y serán vistos como apestados, y obviamente, habrá repercusiones extra académicas.

Recuerde usted, pues, que es nuestra realidad. Lo bueno es que faltan 17 meses nada más.

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