No comprendo cómo es que el dirigente en Tamaulipas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Lucino Cervantes Durán, crea que en realidad el gobierno federal es el total y completo responsable de los maltratos de los que cientos, tal vez miles de migrantes, tanto mexicanos como centroamericanos y de otros países, son objeto en esta entidad.
Y aunque pienso que sí es responsable, debido a la enorme corrupción existente al interior del Instituto Nacional de Migración (INM) y de otras dependencias afines al trato con los migrantes, creo que al dirigente priísta le falla la memoria o quizás pretende lavarse las manos como Poncio Pilatos, y voltear la mirada hacia donde no pueda ver cómo en Tamaulipas, policías municipales, ministeriales y estatales, abusan, extorsionan, vejan, roban, asaltan, amenazan, golpean, y hasta posiblemente priven de su libertad a estos hombres y mujeres cuyo único pecado es haber nacido en países pobres y empobrecidos por una larga historia de dictaduras militares, de saqueos por parte de extranjeros ambiciosos y de la corrupción interna.
De nada sirve culpar a otros de un problema que existe y que es visto todos los días en tierras tamaulipecas, si con el señalamiento se quiere no ser parte del problema, pero tampoco de la solución, y así lo manifiesta el dirigente del PRI estatal con sus señalamientos y sus actitudes de tono muy político pero poco social.
A Lucino la vista no le alcanza para ver que en Tamaulipas algunos policías municipales abusan de los migrantes, ni quiere ver como algunos policías estatales participan en estos hechos, y si bien el gobierno federal es responsable de lo que ocurre en cuanto a lo que padecen los migrantes en su largo trayecto a la frontera de Tamaulipas, por ejemplo, nuestras autoridades tamaulipecas no pueden ser ajenas a ello.
Y no lo son porque ya sea por omisión o por comisión, las autoridades de Tamaulipas son corresponsables de dicho maltrato y abuso, por lo que Lucino Cervantes no puede ser ajeno a esa realidad, ni mucho menos culpar de lo que ocurre a una parte del tejido gubernamental al que pertenece.
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Para no salir del tema migratorio, no sé si aplaudir o incomodarme por el vituperio a los migrantes ocasionado por el recién nombramiento que el gobernador Egidio Torre Cantú dio a José Carmona, hombre ampliamente conocido por su trabajo a favor de los migrantes que viven en el exterior.
Me consta que su trabajo es conocido y reconocido tanto en México como en Estados Unidos, y que su trayectoria ha estado hasta el momento libre de censuras o de señalamientos dirigidos a una mala acción en la que haya incurrido.
Sin embargo, creo que ese nombramiento, si bien no lo buscó, tampoco debió aceptarlo, porque el trabajo que se hace de manera independiente es un trabajo que difícilmente puede corromperse tan fácilmente, siempre y cuando los principios y la honestidad dirijan el camino.
La lucha por un ideal, al igual que la lucha por los ideales de los demás, debe estar siempre por encima de todo tipo de intereses, aún cuando la tentación de la fama y del dinero obstruya el camino andado.
En el caso de ‘pepe’, creo que corre el riesgo, al haber asumido el cargo de titular del recién creado Instituto Tamaulipeco de Atención a los Migrantes (ITAM), de convertirse en un burócrata más al servicio del gobierno estatal, ya que la independencia de la que tanto gozaba, se verá coartada por un mando superior, por lo que ahora actuará bajo ordenamientos y ya no bajo convicción.
Y es que la burocracia, inventada para el servicio de la sociedad, pero corrompida y tergiversada desde la época del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, para afianzar su poder y legitimarlo, es uno de los grandes males que tiene el país y que han obstaculizado su desarrollo.
Si ‘pepe’ se convierte en burócrata, que ya lo es, su sentido de lucha y de apoyo que desarrollaba en Estados Unidos y en México a favor de los derechos de los mexicanos indocumentados, estoy seguro que terminará porque ahora tendrá nuevas directrices que le ordenarán como hacer su trabajo, y aunque no dudo que quiera realizarlo de la misma manera, el ser parte del aparato gubernamental le atará las manos y le callará la boca en algunas ocasiones, porque tendrá un respetable salario y un jefe que le dirá que hacer y que no hacer.
Creo que César Chávez, Carky González, Américo Paredes, Rodolfo Acuña, José Ángel Gutiérrez, por citar solo algunos de los defensores de los migrantes, chicanos o mexicoamericanos, nunca se ‘vendieron’ a ninguna autoridad, y su lucha siguió siempre limpia y en favor de los mexicanos sin derechos al interior de Estados Unidos, porque estaban plenamente comprometidos con su lucha, y convencidos de que algún día los derechos de los migrantes y de los chicanos, serían respetados.
Pero creo que ‘pepe’ equivocó el camino y la lucha que siempre dijo la llevaría hasta el final en pro de los migrantes, terminará por decreto, porque por decreto, al crear ese instituto, se pretenderá terminar con los abusos, cuando la realidad indica que el abuso es y casi siempre ha sido institucional, es decir, desde el lugar que ahora ocupará Carmona. Ojalá surja un luchador social de los migrantes, que en verdad valore su propio trabajo y no lo venda, tal y como lo está haciendo ‘pepe’.
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Siguiendo con el tema, es absurdo lo que el secretario de gobernación, Francisco Blake Mora, quiere dar a entender a los mexicanos, que al haber recorrido la llamada ruta del migrante, desde Chiapas hasta la frontera de Tamaulipas, por el simple hecho de hacer ese recorrido, por el arte y por la magia que dictan los decretos, el abuso se esfume y todo se convierta al color de rosa.
Pero no es cierto, ya que se trata de un método sistemático que practican algunos para enriquecerse, y desafortunadamente, la dependencia de la que es el titular, no está exenta de ello, ya que el quitar delegados de migración y poner otros en su lugar, no resolverá el problema, porque el asunto no es de deficiencia de funciones, sino de mal funcionamiento en la estructura política en la que se soporta dicho organismo.
En otras palabras, para resolver el gravísimo problema interno de la corrupción y de la impunidad al interior del INM, no basta con quitar mandos y colocar en su lugar a otros, ya que lo que debe hacerse es realizar una limpia total al interior, acabar con la corrupción y con la impunidad, y la única manera de lograrlo es con el ejemplo, es decir, aplicando sanciones severas a los que hayan cometido delitos en contra de los migrantes, porque solo con la penalidad la impunidad promovida por la corrupción, puede terminar.
Blake estará el miércoles en esta ciudad, presuntamente para dar a conocer a los nuevos titulares en el INM, aunque no creo que vaya a penalizar a los agentes y funcionarios que de manera sistemática abusaron del poder durante años, en detrimento de la dignidad de tanto migrante que pasó por sus manos y que pudieron haber extorsionado.
El sistema que le dio origen al INM, está podrido, al igual que la mayor parte de la estructura política en el país, situación que impide la recomposición de la dependencia, por lo que pienso que a pesar de los cambios y los anuncios de que ‘ahora si las cosas van en serio’, al poco tiempo las cosas volverán a su nivel.
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Hasta mañana
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