Entre Nos/Carlos Santamaría Ochoa *Muerte “accidental”

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Es increíble que sucedan estas cosas a diario. El periódico “La Voz de Galicia”, en su edición del domingo 22, presenta la noticia que a continuación compartimos textual e íntegra. Solicitamos su comprensión y permiso:
El título es el siguiente: El conductor del choque de O Salnés cuadruplicó la tasa de alcoholemia, y la nota dice así:
“Daniel Señoráns, el vecino de Vilanova que conducía el coche que el viernes chocó contra una moto en la vía de O Salnés y provocó la muerte del motorista, cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida, tal y como se desprende del control que la Guardia Civil le practicó tras la colisión mortal. Poco después del siniestro, que tuvo lugar a las ocho y cuarto de la tarde en el kilómetro 5 de la vía de O Salnés, en el tramo entre Vilagarcía y Cambados, ya se supo que el control de alcoholemia había dado positivo, pero ayer trascendió que cuadruplicó el límite de 0,25 miligramos en la prueba de aire, que es el límite legal.
Además, los agentes también comprobaron que el automovilista circulaba sin seguro del coche y sin haber pasado la ITV.
El conductor, de 31 años, que pertenece a una familia de Corón (Vilanova), fue detenido tras el suceso, y ayer prestó declaración en los juzgados de Vilagarcía ya que la Guardia Civil le imputa dos presuntos delitos, uno de homicidio por imprudencia y otro contra la seguridad vial.
Mientras, se siguen investigando las causas del accidente. Se maneja la posibilidad de que el coche estuviese adelantando a otro vehículo cuando el conductor perdió el control del turismo, en el que viajaba una joven. De hecho, fuentes relacionadas con el caso aseguraron que el automovilista, en su declaración en los juzgados, dijo que había una furgoneta parada en el arcén del vial con una mujer fuera que parecía querer parar a los vehículos, y que cuando la rebasó perdió el control del coche y se topó de frente con el motorista.
El trágico final de esta historia ya es de todos conocida. El fuerte impacto que recibió el motorista, Ramón Fontán Otero, un vecino de Cambados de 49 años, provocó su muerte en el acto.”
Es uno de los muchos ejemplos que tenemos en forma cotidiana sobre la muerte de personas inocentes por accidentes de tráfico. Suponemos que es el tiempo de hacer algo al respecto, porque, de otra manera, muchos hogares seguirán luciendo moños negros o tendrán que reprogramar sus ingresos por causa de la discapacidad con que tendrán que vivir a diario.
Y como el anterior, vemos tristemente en los periódicos y noticias electrónicas lo mismo: muertes por accidente, porque el alcohol se interpuso entre el volante y la conciencia, entre el acelerador y la madurez… muchos inocentes caen abatidos por el resultado de un accidente automovilístico.
Recordamos que las dos principales causas de éstos van de la mano: velocidad inmoderada y alcohol, que provoca que haya una deficiente atención a los señalamientos viales de todo tipo, y es cuando vienen volcaduras, atropellamientos y otros siniestros igual de escandalosos, pero también, con los resultados fúnebres que a nadie gustan.
La nota gallega nos impresiona en el sentido de que sucede todos los días lo mismo a pesar de que sabemos qué sucede cuando nos embrutecemos bebiendo. No somos capaces de tomar las bebidas en casa y encerrarnos o buscar al famoso “conductor designado”, que no es más que alguien que se interesa en nuestro bienestar y procura la diversión de todos, sin participar en el consumo inmoderado de alcohol.
El secretario de salud Norberto Treviño García Manzo insiste en hacer el señalamiento a la sociedad; sus colaboradores –algunos- toman conciencia y tratan de sumarse a la causa a través de su empleo, y una cantidad considerable ce ciudadanos toma conciencia… ¿y los demás?
Dicen los que saben que se predica con el ejemplo, y hay algunos promotores de salud que son excelentes adoradores de Baco y se sumen en la estupidizante rutina del fin de semana, dando vuelo a sus frustraciones consumiendo alcohol. Esos debieran ser los primeros en entender.
Pero aquí el asunto es que todos, absolutamente todos los conductores, los que de alguna manera tenemos el volante en nuestras manos debemos concientizarnos y evitar conducir ebrios o siquiera con unas “copitas”, porque a veces no lo notamos, pero los reflejos se disminuyen con la bebida, aunque seamos “muy machos” o muy buenos bebedores.
No tenemos que caernos o no poder “hacer el cuatro” para estar ebrios: los peligros asoman en todo momento. Si ya de por sí, manejar es un riesgo por lo que implica, hay que imaginar qué sucede cuando el alcohol se entromete en este asunto.
Consideramos que es tiempo de ver las cosas con mayor frialdad, de tratar de asumir nuestra responsabilidad, disfrutar cuando tomamos una bebida, pero también disfrutar cuando manejamos –a algunos nos gusta mucho hacerlo y nos ayuda- pero procurar que no se mezclen ambas cosas, en bien de los demás, de nuestra familia… de nosotros mismos.
Ayudemos a Tamaulipas, ayudemos a nuestra familia, evitemos la fatídica combinación etílico-automovilística. No propiciemos mayor cantidad de muertes, que ya de por sí, las que se suceden a diario son demasiadas.
Comentarios: [email protected]

Atentamente: Mtro. Carlos David Santamaría Ochoa ¡Ten un buen día!

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