¿Por qué el dejar de fumar engorda?

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AP | El Universal

Los científicos por fin han descubierto por qué los fumadores tienden a engordar cuando dejan el hábito.

Resulta que la nicotina puede acelerar las células cerebrales que habitualmente indican a las personas que deben dejar de comer cuando están satisfechas, dicen los investigadores en la edición del viernes de la revista Science.

La vinculación con el peso no es excesiva: en promedio, quienes dejan el cigarrillo aumentan menos de 4.5 kilos. De todos modos, es una de las preocupaciones que citan muchos fumadores cuando les preguntan por qué no intentan dejar el hábito.

Ahora la cuestión es si el descubrimiento puede conducir a mejores tratamientos para permitirles dejar el cigarrillo sin preocuparse por la silueta.

Yann Mineur, investigador adjunto de la Universidad de Yale, descubrió la conexión cuando estudiaba una sustancia relacionada con la nicotina en ratones, y de pronto los animales empezaron a comer menos.

La nicotina se enlaza con varios receptores en la superficie de las células, y es así como despierta la adicción en una parte del cerebro.

Pero en lo que respecta al peso, la investigación halló que tanto la nicotina como la droga relacionada citisina activaban un receptor diferente del involucrado en la adicción.

Dicho receptor se sitúa en un pequeño grupo de neuronas en el hipotálamo, una región que regula el apetito.

Cuando dieron nicotina a los ratones sin esa conexión celular, no contribuyó a que perdieran peso como los ratones normales.

El tabaco causa cáncer, ataques cardíacos y varias otras dolencias, de modo que la preocupación por engordar un poquito no debería impedir que los fumadores dejen el hábito.

Pero los que alientan esa preocupación deberían probar los tratamientos de supresión del tabaco basados en la nicotina, dijo la autora central del estudio, Marina Picciotto, profesora de siquiatría y neurobiología en Yale.

La otra droga utilizada en los experimentos con ratones, citisina, se vende en Europa Oriental para dejar de fumar, pero no en Estados Unidos.

Picciotto advirtió que desarrollar un fármaco para que se conecte únicamente con esos receptores específicos sería difícil porque también están involucrados en las respuestas de estrés corporal, de modo que podrían conducir a efectos secundarios como hipertensión sanguínea.

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lae/crs

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