El 24% de los conductores padece algún mal visual sin corregir

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Europa Press. Las Palmas de Gran Canaria

El Colegio de Ópticos – Optometristas de Canarias afirma que un 24% de los conductores padece, al menos, una deficiencia visual sin tratar. Con la llegada del verano y de las vacaciones se multiplican los desplazamientos en coche con lo que, en consecuencia, aumenta el número de accidentes, muchos de ellos debidos a problemas visuales sin corregir del propio conductor.

Al igual que se comprueba el estado del vehículo antes de viajar, debemos hacerlo con nuestra visión, sobre todo si se utiliza corrección visual y/o se supera los 45 años de edad. La entidad colegial afirma que si todos los conductores se sometieran a una revisión anual se reducirían los accidentes. El problema está en que el 46% de los automovilistas no lo hace, con lo cual aumenta el riesgo de sufrir accidentes de tráfico.

Por ello, es fundamental que los conductores sean conscientes de la necesidad de que las capacidades visuales que intervienen en la conducción estén en perfecto estado. Hay que estar atentos a diversas condiciones que están presentes en este proceso, tales como la agudeza visual de lejos, con el objeto de que se puedan percibir con nitidez pequeños detalles; el deslumbramiento, o condición en la que una fuente de luz relativamente brillante causa malestar en la visión; la sensibilidad al contraste, que es la habilidad del sistema visual para distinguir entre un objeto y el fondo sobre el que está situado; la estereopsis, definición del proceso que permite apreciar distancias entre los objetos; la percepción del campo visual, que es el área en la que nuestra visión periférica nos permite ver objetos a los lados, mientras nuestra mirada está dirigida a un punto central; por último, la percepción de los colores, pues resulta fundamental que los conductores reconozcan instantáneamente los colores de los semáforos y señales.

A estas condiciones normales hay que añadir todas aquellas alteraciones o enfermedades que producen una disminución de la visión. Por eso, las personas que padecen glaucoma, miopía y cataratas o se han sometido a operaciones oculares recientemente deben extremar la precaución al conducir, sobre todo de noche.

Recomendaciones

Además de las capacidades visuales, hay que prestar especial atención a otros factores que afectan negativamente a la conducción.

Para empezar, la fatiga ocular, pues la conducción requiere un esfuerzo constante con un altísimo grado de demanda visual. Ante la fatiga ocular se recomienda parar el coche, cerrar los ojos o mirar a lo lejos, sin fijar la vista en ningún detalle, para relajar los ojos.
Falta de luz. Los accidentes de tráfico aumentan durante la noche, cuando la agudeza visual se reduce hasta en un 70%. No se perciben igual los colores y se puede perder la sensación de relieve. Si se utilizan lentes de contacto, los ojos se resecan más, por lo que conviene sustituirlas por unas gafas correctoras con un cristal lo más transparente posible.

Lluvia y/o granizo: Con condiciones climatológicas adversas disminuye la visión y se producen reflejos debido a las gotas de agua suspendidas en el parabrisas del coche. Entonces es fundamental conducir con las gafas graduadas y las lentes correspondientes.

Para conducir en verano, con una alta luminosidad, el Colegio de Ópticos – Optometristas de Canarias recomienda el uso de gafas de sol con lentes polarizadas. Pero hay que tener cuidado dónde se adquieren, ya que, el 70% de las gafas de sol que se venden en España no cumplen con las normas de seguridad sanitarias.

En el caso de las gafas graduadas lo más importante es que la graduación esté actualizada y es conveniente que las gafas cuenten con un tratamiento anti-reflejante, ya que disminuye los reflejos y los deslumbramientos y se incrementa el contraste.

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