Uno de los grandes problemas de los gobiernos, sobre todo a nivel federal y estatal, se relaciona con la educación nacional.
Aunque legalmente corresponde al Ejecutivo Federal diseñar las estrategias para formar al mexicano del mañana, los Ejecutivos Locales tienen el compromiso -por el pacto federal- de apoyar este renglón como lo determine la SEP. Además, deben los gobiernos federal y estatal formar a los maestros que, ya en servicio trabajarán con los Planes y Programas de Estudio, por lo que el círculo es completo.
Un solo detalle inicial. Muchos de los problemas se han generado porque los gobernantes nombran a personas completamente ajenas al quehacer pedagógico para desempeñar esta función. No es nuevo, no es por Alonso Lujambio a nivel nacional. El problema es muy añejo.
Estos señores o señoras son funcionarios empíricos en la educación y partiendo de ahí las decisiones que toman han ido en ese sentido y los “chiripazos” que han surgido parecen como “el burro que tocó la flauta”. Además lo lógico es que su primer círculo de colaboradores tampoco tienen nada que ver con la administración o política educativa.
Una verdad es que los Planes y Programas de Estudio en educación son un problema hasta de concepción, imagine el lector si hablamos de los recursos humanos que van y vienen por las secretarias de estado con plazas de maestros y, desde luego, hay que adicionar las que se pierden comisionadas hasta en los partidos políticos o como asesores de un funcionario federal, estatal o municipal.
Algunas voces mediáticas culpan al SNTE de obstaculizar los senderos educativos con Elba Esther o antes con Carlos Jongitud o Manuel Sánchez Vite y otros, según su momento histórico, no es mentira. Pero la SEP –nacida en 1921- ha tenido oportunidad para dictar las condiciones y lejos de que esto suceda, los intereses políticos se han interpuesto a los educativos.
El camino de la educación es cierto está empantanado y hay académicos que intentan aterrizan propuestas para la formación del nuevo mexicano, el caso es que los tomadores de decisiones no determinan y el camino sigue incierto.
Cuando titulo la presente columna “Los Aviadores” me refiero a los empleados que con o sin preparación académica han llegado al campo de la educación solo a cobrar.
También me refiero a aquellos profesionistas o no de la Pedagogía y que se desempeñaron como funcionarios de la educación y ya han dejado el cargo para recibir el “beneficio de cobrar sin trabajar” a manera de beca “por los servicios prestados”.
Los hay también que con su plaza de docentes están desempeñándose como funcionarios de distintos niveles, aún en la estructura de la misma SET. Son muchos y de ésos no estamos hablando.
Los involucrados en investigar a los que “vuelan sin avión” en la SET han iniciado un recorrido por vericuetos muy retorcidos, como el que se vislumbra en la zona escolar No. 83 de Victoria donde el Director matutino de la Escuela Primaria “Matías S Canales” está denunciando una enorme nómina de aviadores y acusa a su Inspectora de solaparlos.
Lo inteligente aquí es reflexionar las razones de esta acusación y desde luego analizar los nombres de los denunciados para que se finquen responsabilidades, incluyendo al Profr. Gilberto Ruíz Hernández por no haber reportado el hecho formalmente.
Lo que se identifica a simple vista es un conflicto en esa zona escolar donde los protagonistas principales son el director de la escuela y la inspectora.
La SET ha venido practicando auditorias en todas las oficinas administrativas y seguro llegarán a las escuelas, con nómina de cobro en mano. Quizá ahí encuentren muchos nombres hasta de servidumbre de altos funcionarios de esta, o de administraciones pasadas. También el de esposas, hijas, sobrinos y hasta de fantasmas.
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Maremágnum/Mario Vargasuárez *Los aviadores
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