
Hugo Reyna/EníneaDIRECTA
Reynosa, Tamaulipas.- Si Cornelio Reyna viviera aun, seguramente estaría esgrimiendo su bajo sexto que tocaba en forma virtuosa y era prodigio de su creatividad musical que a varias generaciones cautivó con su sensibilidad que arropó del afecto del pueblo, de origen humilde nacido en Notillas Coahuila, arribó a Reynosa en la década de los 50’s acompañado de su madre María y su hermano Pedro.
Cornelio se empleó como jornalero en una ladrillera, pero el gusto y afición por la música (heredado de su padre Román) lo traía en la sangre que bulliciosa corría por sus venas en espera de su momento, en búsqueda de su destino, alentado por su familia se decidió probar suerte.
Por esa época funda el dueto “Carta Blanca” y hace “barra” en el legendario Bar “Cadillac” en el barrio “El Centralito”, precisamente en la esquina que lleva su nombre y la calle Quintana Roo, en donde hace unos años se develó una estatua en su memoria.
Cornelio Reyna no se conformaba con ser contratado para tocar en “fara-faras” de amigos o contratado para presentaciones, deseaba trascender y tocar a nivel profesional, ser conocido y despuntar en un medio, en donde el talento y carisma del artista está reñido perpetuamente con la efímera fama de un momento y en donde solamente unos cuantos elegidos vencen a ese monstruo que todo lo devora llamado: tiempo.
Con Ramón Ayala forma aquel dueto afamado “Los Relámpagos del Norte” es la década de los 60’s, en donde el músico empieza a explotar su creatividad y alcanza éxitos con canciones como: “Desvelos Míos”, “Vida Truncada”, “Ya no Llores”, entre otras.
Juntos “Los Relámpagos del Norte” forjan su propia historia en la música norteña, agregando un ingrediente entonces sin precedente: la evolución en los grandes bailes e introducir el género conocido hasta ahora como “Tex-Mex” una mezcla no solamente musical y costumbres de ambos países, sino también una cultura que aun hoy predomina, Ramón Ayala y Cornelio Reyna fueron sus precursores, llenando grandes escenarios en sus presentaciones y movilizando masas en mercados antaño considerados como vedados para mexicanos.
Tras varios años de trabajar juntos, los dos músicos deciden terminar con la etapa exitosa de “Los Relámpagos del Norte” y emprender proyectos individuales, es principios de los años 70’s y Cornelio Reyna satisface otro de sus deseos guardados, grabar con mariachi y he aquí que surge de su inspiración la canción distintiva de su carrera profesional: “ Me caí de la nube” hilando una estela de exitosas creaciones suyas como: “Me sacaron del Tenampa”, “Me Caíste del Cielo” y “Lagrimas de mi Barrio”.
Hay una anécdota jocosa con el tema musical “Me sacaron del Tenampa”, en donde Cornelio Reyna la dedica al bar del mismo nombre domiciliado en Reynosa, pero el Bar “El Tenampa” de Plaza Garibaldi en la Ciudad de México se la pretendió adjudicar argumentando que Cornelio se las había brindada en su honor, pero la historia después se encargo de aclararlo.
Es el momento de mayor apogeo para Cornelio Reyna que lleva al cine sus tema “Me caí de la nube” (1974) y “Lagrimas de mi Barrio” (1973) y su recordada cinta “El Hijo de los Pobres” (1975) para entonces era reconocido a nivel internacional en norte, centro y sud America.
En el cine acumula un total de 20 películas, la última de ellas “La Esperanza de los Pobres” en 1983.
Los años siguientes fueron de grandes éxitos, con cierta regularidad alternaba en presentaciones conjuntas con Ramón Ayala, con quien inició a mediados de 1996 una gira de 6 meses por la Unión Americana, concluyendo en la navidad de ese mismo año.
Apenas amanecía el año de 1997 cuando el 22 de enero, Cornelio Reyna falleció, dejando truncos varios proyectos y trabajos discográficos que estaba por iniciar, fue sepultado en su ciudad adoptiva: Reynosa, sus amigos le organizaron una serie de homenajes la calle que lleva su nombre en el barrio “El Centralito”, en donde comenzó de joven su carrera musical de más de 30 años, se ingresó su nombre en salones de la fama de la música norteña y tex-mex, se fue Cornelio quien nunca se cayó de la nube, pero como los ángeles sí se fue.