Los años del cambio de Villa a Ciudad en Reynosa

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-En el 85 aniversario de su elevación

Una vez concluida la Primera Guerra Mundial, surge un extraordinario auge económico en la década de 1920. Mientras los europeos debían reconstruir todo: sus hogares, industrias e incluso sus propias vidas, en los Estados Unidos para olvidar los pesares de la guerra los jóvenes asistían regularmente a tés danzantes donde se bailaba el charlestón y era de buen tono fumar cigarrillos en largas boquillas y beber cocteles al ritmo del jazz.
En México, una de las etapas más determinantes de la zona fronteriza es la de los años veinte, en que estuvo en vigor en los Estados Unidos la ley que prohibió la producción y consumo de bebidas embriagantes, coincidiendo con la pacificación de nuestro país posterior a la lucha revolucionaria.
Este hecho propició que, en la frontera, se iniciara una etapa de desarrollo, mediante la comercialización de las actividades prohibidas en los Estados Unidos, generando una gran afluencia turística y auge económico, pues se multiplicaron las fuentes de trabajo, esto se reflejo en los gremios relacionados; al mismo tiempo que surgían los primeros sindicatos: choferes, meseros, cantineros, filarmónicos… las autoridades incrementaron las percepciones de ingresos, lo que permitió la realización de obras públicas.
Al otro lado del mundo los periódicos anunciaban el nacimiento de Isabel Alejandra María, futura reina de la Gran Bretaña y la ascensión al trono Nipón del emperador Hirohito, personajes claves para la historia del siglo XX. En esos años surgían tanto la tecnología telefónica como la televisiva. En enero de 1927 daba inicio a sus transmisiones la BBC de Londres y se realizaba la primera llamada telefónica trasatlántica de Nueva York a Londres.
En el ámbito nacional, el Presidente Plutarco Elías Calles, reforzaba el control del Estado sobre las iglesias mediante el artículo 130 de la Constitución de 1917, estrategia conocida en ese entonces como la Ley Calles. En enero de 1927 empezarían las rebeliones formales de la Guerra Cristera, movimiento que fue de menor o nula intensidad en la región fronteriza.
Desde agosto de 1925 el Gobierno Federal había llevado a cabo contratos para la construcción del primer Puente Internacional Colgante Reynosa- Hidalgo, proyecto que se le otorgó a la Compañía Valley Bridge Company.
El 10 de Julio de 1926 Reynosa queda comunicada con la margen izquierda del Bravo por un puente metálico colgante, que incrementó el flujo comercial fronterizo y atrajo una mayor afluencia de turismo extranjero. Anteriormente la comunicación con Estados Unidos se hacía por medio de chalanes para los automóviles y lanchas para las personas desde un espacio denominado Vado Real.
En este escenario el 24 de noviembre de 1926 La Vigésima Novena Legislatura del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas decreta que a partir del primero de enero de 1927 es elevada a la categoría de Ciudad la entonces Villa de Reynosa.
Ciudad Reynosa. 85 Aniversario.
En 1926 siendo diputado del Congreso del Estado el Reynosense Manuel Tárrega Guevara, presenta una moción al cuerpo legislativo en la que expone que Reynosa experimenta un importante desarrollo y que le corresponde ascender de categoría, la moción encuentra eco y el 24 de noviembre de 1926, el Vigésimo Noveno Congreso Constitucional de Estado Libre y Soberano de Tamaulipas elevaba a Reynosa a la categoría de ciudad, mediante el decreto número 259, en un artículo único vigente a partir del 1º de enero de 1927.
En agosto de 1926, el propio Congreso había designado al diputado Manuel Tárrega, Gobernador Interino del Estado para cubrir una ausencia del titular Lic. Emilio Portes Gil. Su participación fue esencial para que prosperara ese mismo año la iniciativa.
El decreto fue promulgado, en reconocimiento al progreso alcanzado, que demostraba la laboriosidad y el espíritu emprendedor de los reynosenses; tomando en cuenta, además de la densidad poblacional, el desarrollo económico que manifestaba Reynosa.

Hubo que recorrer un largo camino para ser reconocidos como ciudad y no resultó sencillo, un camino construido con historias de intensas labores de hombres y mujeres que trabajaron con empeño por el bienestar de los suyos y por el desarrollo de su comunidad, pero sobre todo por una sociedad organizada y plural que participó unida para sortear los retos del desarrollo.

Según consta en documentos resguardados en el Archivo Municipal de Reynosa, se llevó a cabo un programa de festejos durante los días 8 y 9 de enero de 1927, en conmemoración de haber sido jurada Reynosa a categoría de Ciudad a partir del día primero de ese año. El evento fue presidido por el Gobernador Emilio Portes Gil, quien fue recibido por jinetes de diferentes lugares del Municipio.
Una descripción urbana, solicitada al entonces Presidente Municipal Francisco Garza, por el Gobernador del Estado Lic. Emilio Portes Gil, en enero de 1927, manifiesta que la Ciudad contaba con una población de 5,000 habitantes y ocupaba un perímetro de 80 manzanas, que se encontraban delimitadas al norte por el Río Bravo y al sur por la vía del Ferrocarril Nacional de México. La Ciudad contaba con tres Plazas: Hidalgo, Zaragoza y Juárez.
El 25 de enero de 1927, el Presidente Municipal anunciaba la admisión de solicitudes para la adquisición de solares para la primera colonia de la Ciudad, conocida como Bella Vista.
A principios de la década de 1930, un documento descriptivo de Reynosa manifiesta un notable progreso, enmarcado en los cambios de 1926. Entre las circunstancias enumeradas consignaba el desarrollo agrícola, relacionado con el algodón, y el turismo que cruzaba por el Puente Internacional. Menciona que se encontraba un alto espíritu de cooperación de parte del pueblo y las fuerzas vivas de la Ciudad.
Al adquirir la categoría de Ciudad, Reynosa experimentó una serie de cambios político-económicos muy significativos, pasando de ser una modesta villa a constituirse como la séptima ciudad del Estado de Tamaulipas.

Sesión Solemne 85 Aniversario
La Historia nos relata que los primeros pobladores se establecieron en el original asentamiento de la Villa en 1749; años después para sortear inclemencias climatológicas Reynosa se traslada al sitio que hoy habitamos, pero hubieron de pasar 177 años para que la legislación elevara a Reynosa a categoría de ciudad.
Hoy estamos aquí reunidos para conmemorar que hace 85 años, el Honorable Congreso del Estado emite el decreto que otorga a Reynosa la posición de Ciudad. El Ayuntamiento de Reynosa, ha querido dejar registro de ésta fecha por lo que, constituido en Sesión Solemne, el día de hoy rendimos un sentido homenaje y reconocimiento a todas esas generaciones de reynosenses que han sido capaces de construir y reconstruir cuantas veces ha sido necesaria nuestra querida ciudad. …Pero al igual que es ocasión para recordar el pasado, también lo es para comprometernos con el futuro.
Como reynosenses, este aniversario significa una oportunidad para renovar la visión comunitaria de la ciudad que queremos, reconociendo deficiencias a la vez que nos comprometemos a fomentar su bienestar.
Este aniversario nos representa la ocasión para enorgullecernos de nuestra ciudad y responsabilizarnos de su desarrollo, con la idea fundamental de que es tarea de todos construirla. El poder disfrutar del legado de nuestros antepasados nos debe motivar a redoblar esfuerzos y trabajar a favor del progreso del Municipio y el bienestar de las familias que lo habitan.
Reynosa, una vez reconocida Ciudad, no tardó en convertirse en un gran centro agropecuario, comercial, ganadero, agroindustrial, petrolero e industrial, hasta ser en la actualidad la ciudad más poblada y productiva de Tamaulipas.

Los Reynosenses nos sentimos orgullosos de nuestra identidad, del origen laborioso de esta comunidad, de la forma en que ha recibido a familias de otros estados hasta integrarse en una comunidad polifacética, moderna, en desarrollo y con un prominente futuro.
La construcción de la unidad, la inclusión y la cohesión social, el fortalecimiento de nuestra identidad, el sentido de pertenencia y de solidaridad y la identificación de los intereses compartidos; todas son premisas indispensables para seguir edificando nuestra ciudad.

Nuestra historia deja de manifiesto la capacidad que a través de los años hemos demostrado los reynosenses para sortear las distintas circunstancias adversas que se nos han presentado, encontrando invariablemente nuevas alternativas de desarrollo y progreso.
El Reynosa de hoy, orgulloso de su pasado, se compromete con el futuro, teniendo como principal recurso la tenacidad y el trabajo de sus habitantes.

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