Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Tres años después de haber sido construida con recursos de los gobiernos federal y estatal , la clínica de Hemodiálisis que opera a un costado de la Clínica 76 del Imss, en el poniente de la ciudad, presenta severas fracturas en sus muros, pisos y techos, lo que pudiera poner en riesgo la integridad física de empleados y pacientes.
La clínica fue inaugurada el 3 de noviembre del 2008, y en ella fueron invertidos cuatro millones de pesos, tres de ellos aportados por el gobierno federal y uno por el gobierno estatal, pero su estructura revela una mala calidad en la construcción.
“Ya lo reportamos al gobierno estatal, y especialistas de Obras Públicas del estado llegaron para supervisar la obra, pero se fueron y no nos han entregado un diagnóstico del edificio, solo nos dijeron que estaba todo bien”, dijo uno de los empleados de la clínica.
Sin embargo, dijo el empleado que no reveló su nombre, que por dentro el inmueble está cuarteado también por sus cuatro lados, y que ello representa un riesgo para todos.
Un breve recorrido por afuera evidenció la mala calidad de la obra, al presentar sus cuatro muros serias fracturas que los atraviesan de lado a lado, algunas de ellas pretendieron ser tapadas de manera burda.
Asimismo, se aprecia que el techo, de aproximadamente 10 metros cuadrados, está salido de su nivel normal, al presentar un ‘tirón’ hacia el centro del edificio, por lo que se encuentra fuera de su lugar.
Por si fuera poco, las banquetas que rodean al edificio, están hundidas entre uno y dos centímetros, lo que indica que el terreno no soporta el peso de la estructura, lo que hizo que personal de protección civil municipal realizara una supervisión cuyos resultados tampoco han sido entregados.
“Vinieron del gobierno estatal y de protección civil, colocaron unja cinta amarilla en una de las paredes, pero nunca más regresaron”, dijo el empleado que se quejó.
La clínica de hemodiálisis depende de la Secretaría de Salud, y fue entregada ese día al entonces titular de la jurisdicción sanitaria, Luis Campbell Loa, quien a su vez la entregó a quien sería el primer director, Heberto Escamilla Villarreal.
Antes de ser entregada, el personal contratado fue capacitado en esta especialidad, para poder manejar el costoso equipo que fue comprado para esos fines.
