


Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Con un mensaje de paz y de aliento a las familias que sufren a consecuencia de la violencia y la inseguridad, el obispo de Nuevo Laredo, Gustavo Rodríguez Vega, encabezó la representación del Vía Crucis en unos terrenos ubicados en las calles Tamanzuchale y paseo Colón.
Allí, acompañado por cerca de 300 personas, el religioso observó en dicha representación, como Jesús era detenido y condenado a muerte, en un evento en el que insistió que en momentos de violencia como los que vive México, se debe buscar la paz y la tranquilidad a través de la oración y la fe.
El Vía Crucis inició al filo de las 10:00 horas en el lugar señalado, para luego continuar con una caminata de aproximadamente dos kilómetros hasta la catedral del Espíritu Santo, en donde el lado norte de la avenida Paseo Colón fue invadida por los feligreses y espectadores que siguieron paso a paso este evento religioso de la Pasión de Cristo.
Agentes viales tuvieron que desviar la circulación y hacer el lado sur de esa avenida de dos sentidos, aunque a esas horas pocos vehículos circulan por dicha rúa.
Mientras caminaba la muchedumbre, el obispo explicaba en cada una de las 14 ‘estaciones’, los pasos o episodios de la Pasión de Cristo, y desde la primera que es cuando Jesús es condenado a muerte, hasta la número 14, cuando es sepultado luego de ser crucificado, evocó cánticos.
Luego de ser condenado a muerte, en la segunda estación es obligado a cargar con la cruz de madera, hasta que cae al suelo por vez primera en la tercera estación; el obispo continúa con el relato e insiste en la necesidad de buscar la paz y la tranquilidad.
“Hay lugares de muerte, lugares en donde se han hecho juicios humanos para acabar con la vida de seres humanos. Por eso representamos al señor nuestro Vía Crucis, pidiendo que se acabe ya el Vía Crucis de tantos y tantos hermanos muertos”, expresó a través de un altavoz.
Durante la caminata quien representó a Jesús se encuentra con su madre, es ayudado por el Cireneo, la Verónica le limpia el rostro, y sufre la segunda caída en la séptima estación, mientras en la octava Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén hasta que cae por tercera vez en la novena estación.
“¿Cómo es posible que un hombre sufra tanto dolor, tenga la energía para consolar a quien sufre?”, dijo a los integrantes de la caminata del Vía Crucis.
En la representación y ya en el Calvario, en la décima estación Jesús es despojado de sus ropas, y clavado en la cruz en la onceava estación, y luego de unos minutos, muere en la cruz en la doceava estación, hasta que es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su madre, en la treceava estación.
Finalmente, su cuerpo es cubierto con una sábana y sepultado en una cueva.
En ese momento, el obispo, en su mensaje, pide de nueva cuenta a la sociedad orar por la paz y por la tranquilidad de quienes sufren a consecuencia de la inseguridad, y porque la paz y la tranquilidad retornen.