POR LA ESPIRAL/CLAUDIA LUNA PALENCIA *La caja de Pandora después del 1 de julio

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El día después del 1 de julio anticipaba dificultades para Enrique Peña Nieto, candidato para la Presidencia por el PRI y virtual ganador del proceso. La sombra de Andrés Manuel López Obrador, representante de la izquierda, retoma la práctica del recuento del voto por voto.

También renace en el ambiente la amenaza de anular la elección, es como si el domingo pasado el país hubiera retrocedido al escenario de 2006.

Aunque es verdad, López Obrador demuestra mayor experiencia, en los últimos seis años dedicó su tiempo como “presidente legítimo” a recorrer minuciosamente todo el México profundo.

Él visitó a los más pobres entre los pobres, los que afirma son en lo rural la base fuerte de su movimiento social, mientras en las ciudades están los comités y en las redes sociales ninguno de los candidatos logró mayor presencia.

Desde allí está configurada la resistencia, tanto Facebook como Twitter, anuncian el respaldo de Morena y el activismo del #yosoy132, ambos listos para apoyar cualquier decisión de López Obrador.

En mi Facebook un militante de Morena me contactó desde La Habana para preguntarme si también quería sumarme a las posibles acciones de presencia en las calles, boicot a las televisoras y a los productos de las principales empresas nacionales.

Hasta la gente de Anonymous perfilan como justicieros de la red listos para hackear a quien no respalde la impugnación lopezobradorista.

Es como si todas las piezas del puzzle estuvieran dispuestas a encajar en una elección cuyo resultado a favor del PRI podría esconder un acuerdo soterrado entre el PAN y López Obrador para reventar el escenario postelectoral.

Todo apunta a superar lo vivido en 2006, México podría agotar las últimas horas para ver a su presidente electo tomar el testigo de poder lo que retrasaría la puesta en marcha de una serie de decisiones planificadas desde la campaña.

Lo más lamentable es el daño que se provoca a un país urgido de reformas, cambios y primordialmente tranquilidad, paz y seguridad.

Hablando netamente en pesos y datos cuantitativos, la situación económica del país no está para dilapidar más tiempo en conflictos postelectorales.

A finales de 2010, el PIB per cápita de Brasil fue de 10 mil 814 dólares mientras que el de México ubicó en 9 mil 265 dólares. El país más populoso de América Latina está desbancando a México en diversos renglones económicos, sociales y a favor del desarrollo en la región.

Hasta Chile, Perú, Costa Rica o Panamá figuran mejor posicionados en las mesas de inversión de corredurías europeas y asiáticas.

Simplemente algo dejó de pasar en la economía mexicana, la bruma de la inercia de los últimos doce años de administración panista sirvió para cambiar la metodología aplicada por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) para la elaboración de estadísticas fundamentales acerca del empleo y desempleo.

Por no obviar que actualmente es este organismo y no el Banco de México el encargado de medir la inflación y que la Secretaría de Desarrollo Social (cuando Josefina Vázquez Mota era su titular) reformuló a la pobreza en diversos segmentos.

Total que ha sido una alteración constante de las estadísticas dificultando con ello los parámetros de comparación con series de datos en el tiempo. Para quién quiera saber la verdad socioeconómica del mexicano será poco probable hacerlo con las cifras oficiales.

A COLACIÓN

Como termómetro de la situación, los mercados financieros son siempre una expresión de la que se avecina. El comportamiento del tipo de cambio de peso respecto al dólar ha sido siempre un referente acerca de las presiones internas y externas, y sobre todo, del grado de fiabilidad del mexicano hacia su moneda.

Durante buena parte del año el dólar escaló hasta los 14 pesos por unidad y eso que la crisis está concentrada en la Unión Europea y Monetaria.

Ni Hacienda, ni Economía, han explicado que buena parte de la dosis de presión en la moneda nacional deriva primeramente del año electoral y la necesidad de muchas empresas con presencia internacional por cubrir sus operaciones de manera anticipada.

No cabe duda que en los últimos años, lo político de un proceso electoral para elegir presidente es un factor relevante de peso preponderante en el tipo de cambio.

Habrá que poner mucha atención al desempeño de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) de confirmarse las intenciones de agravar una crisis postelectoral por parte de López Obrador.

P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com

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