ORBE/Ma. Teresa Medina Marroquín *La papa caliente

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“Todos llevamos nuestra posible perdición pegada a los talones”
Rosa Montero

Vaya que si el Instituto Federal Electoral aventó la papa caliente al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con los resultados de la elección presidencial. Pero bueno, así lo marca la ley y por lo tanto la instancia federal tiene en sus manos la validación del proceso electoral.
Sin lugar a dudas, grande es la responsabilidad que tienen en sus manos los magistrados del Trife, por lo que no quisiera estar en su lugar en estos momentos, muy diferentes a cuando cobran sus buenos sueldos por lo que llegó la hora de desquitar la chamba.
Lo cierto es que, por el impacto social que representa, no es cosa fácil resolver los 356 juicios de inconformidad que suman a la fecha, incluyendo el de la elección presidencial promovido por Andrés Manuel López Obrador, aunque de entrada el TEPJF fijó su postura en el sentido de que “no modificarían resultados sólo por la insatisfacción de un candidato”.
El problema es la polarización que se está generando en la sociedad mexicana gracias, en parte, a la misma polarización que maneja el candidato inconforme en sus discursos cuando las circunstancias no le favorecen.
Por un lado, las marchas, los bloqueos y las manifestaciones amenazan con hacerse cada vez más presentes y numerosas buscando boicotear la protesta de Enrique Peña Nieto como presidente de México; actos de los que se ha deslindado el Partido de la Revolución Democrática como si fuera tan fácil el pensar que ese “plan de lucha” no está orquestado por la izquierda mexicana. Todas las atenuantes indican que el ahora famoso acuerdo de San Salvador Atenco es promovido por el radicalismo obradorista.
Y por otro, en el Congreso de la Unión se empieza a hablar de “acciones radicales” para contrarrestar ese boicot que incluye un cerco al Palacio Legislativo el primero de septiembre con motivo del último informe de Felipe Calderón Hinojosa.
De esa magnitud es la responsabilidad que recae en estos momentos en el Tribunal Electoral.
Por eso el Partido Revolucionario Institucional inició con la defensa legal del triunfo de su candidato Peña Nieto, confiando en que el Trife dé “validez al voto razonado de los mexicanos” bajo la premisa de que no van a permitir que se acuse de corruptos a millones de ciudadanos por “el simple hecho de haber votado en secreto, en libertad y dignidad”, como lo ha hecho López Obrador.
Ahora la gran duda es qué pasará si el fallo del Tribunal Electoral no beneficia a El Peje. La respuesta la sabremos a más tardar en dos meses, fecha en que concluye el plazo para que se valide, o invalide en su caso, este proceso electoral.
En temas locales, no es un secreto que el PRI vivió uno de sus peores escenarios electorales el pasado primero de julio, pero de eso a que esté pasando por una crisis interna hay una gran diferencia.
Al menos ese es el sentir de Lucino Cervantes Duran quien en días pasados negó “categóricamente que haya fisuras o divisiones al interior de nuestra organización política, y por el contrario vemos fortalecida la unidad entre militantes y dirigentes ante la difícil circunstancia que estamos enfrentando”.
Por el contrario, para el líder estatal del partido tricolor es el momento de “replantear y fortalecer las políticas públicas del Partido para beneficio de todas las familias de la entidad”.
Eso es reaccionar de manera madura cuando los resultados no nos favorecen, tratando de encausar los hierros, aprovechando los aciertos y, sobre todo, respetando el sentir de la sociedad que finalmente en las urnas es donde da su aprobación o desacuerdo a los gobiernos.
De hecho es una de las causas por las que a nivel nacional el priismo está a punto de volver a Los Pinos: aprendiendo de los errores del pasado.
En fin, por ahora no me resta más que desearle un excelente día; recordándole que en familia es más sencillo ser feliz.
Hasta la próxima.
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