Reynosa, Tamaulipas.-Tras el nuevo rugir del motor del ferrocarril apodado “La Bestia”…se recuerda el auxilio que realizaban grupos defensores de los derechos humanos en la frontera de Reynosa a los indocumentados que lo abordaban.
“Los apoyamos con agua, comida enlatada, galletas y también traemos medicamentos si algún migrante está enfermo lo podemos llevar a una institución para que lo atiendan“, dijo en su momento Fortino López Balcázar, Pdte. Asociación Internacional de Derechos Humanos.
Y es que al bajarse del tren que viaja por la ruta de la muerte; peligroso camino que conecta la frontera sur con la parte norte de México la necesidad primaria era satisfacer la prolongada sed, así como los alimentos.
Estos eran dejados por las agrupaciones no gubernamentales en las ramas de los arboles en lugares que los migrantes traían como objetivo en su mente: las orillas del rio bravo.
Margarito Grajeda, también de la Asociación Internacional de Derechos Humanos comentó: “Pero si hay mucho flujo, pero cuando lo ven creciente es mejor no, mejor que baje el agua y la corriente porque se hacen remolinos”.
El auxilio de las ONGs; incluía la lectura de las garantías individuales contempladas también a estos peregrinos.
“Todo extranjero que entre al territorio nacional tiene derechos, independiente que traiga documentos migratorios, tiene derechos contemplados en nuestra constitución, tiene derecho a que no atente contra su vida, a no ser esclavo en nuestro país, durante su estancia si realiza alguna actividad laboral tiene derecho a que se le retribuya de manera digna un salario y que sea en moneda nacional“, continuó López Balcázar.
Y que también en esta asistencia observaban el actuar de las dependencias gubernamentales.
“Si son asegurados por el Instituto Nacional de Migración, de igual forma, están obligados a llevarlos a una estación migratoria, de ninguna forma debe de ser llevado a una cárcel por delincuente“…
