Un alcalde modelo

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Lo entrevisté en su campaña para la alcaldía y desde ese entonces me dio la impresión de que era un hombre de buena fe y que no iba a recurrir al regateo para entregarse completo al servicio de los habitantes de ciudad Victoria, la bella capital de Tamaulipas.
De trato cortes, de sonrisa espontánea y hombre de una sola palabra, él le exprime hasta el último minuto al día y salta de colonia en colonia como si fuera una liebre para escuchar, para tomar nota y para sellar compromisos que siempre cumple, por eso en todos los lugares lo reciben de buena gana, al grado que hasta se deja papachar.
Desde que inició su gestión acuñó dos frases que hizo famosas y que en su camino como jefe del cabildo capitalino hace suyas al pie de la letra: “El ciudadano no tolera errores. No vamos a experimentar”.
Aun cuando recibió un ayuntamiento en quiebra y una ciudad destrozada, porosa y desordenada, él ha hecho acopio del ingenio y a recurrido a los malabares para pulirle un rostro distinto a la capital tamaulipeca, la que hoy presume una nueva fisonomía, aunque un jefe castrense piense todo lo contrario.
Como alcalde, siempre está dispuesto al diálogo y como servidor público ha alentado que perdure a pesar de todo la armonía familiar con su programa “Libre 17”, además de que su sello se nota en las colonias más apartadas de la capital de Tamaulipas, que hoy lucen por los trabajos de pavimentación y por las modernas instalaciones deportivas que son posible cuando la comunicación con el estado y la federación, es la adecuada.
Por su carácter afable, le es fácil conservar una buena relación con los líderes de colonos, con los de las cámaras empresariales, con los deportistas y además con los representantes de los partidos políticos distintos al suyo, quienes ocupan la mayor parte de su tiempo en marcar errores y en armar camorra, lo que da lugar a que esta ciudad sede de los tres poderes estatales goce de estabilidad.
La última ocasión que lo saludé le comenté que los medios de comunicación ya lo apuntaron para una diputación local en el 2013. “Nombre, lo que quiero ahorita es terminar con este paquete”, fue lo que señaló.
En realidad no están muy errados quienes ven en Miguel González Salum a su próximo representante popular en el Congreso de Tamaulipas o como titular de algunas de las docenas de delegaciones federales que cambiaran de dueño a partir del primero de diciembre.
Es, Miguel, uno de los pocos alcaldes de Tamaulipas que ha escapado de la crítica de los periodistas porque el escándalo no lo ha manchado como a sus antecesores y es tal vez el mejor calificado de esta entidad, por eso el gobernador Egidio Torre Cantú lo tiene en un muy buen concepto.
Lo cierto, es que quien sea candidato del PRI a la alcaldía de Ciudad Victoria no tendrá que esforzarse mucho para penetrar en el agrado del electorado porque Miguel ya dejo pavimentado el camino para que el tricolor conserve en su lista la comuna capitalina.
Y es que ni hablar, trabajo, mata carita.

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