Se casan en el río Bravo porque el novio no puede cruzar a Estados Unidos

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Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Una pareja de novios decidió contraer nupcias en las aguas del río Bravo, debido a que Rubén Fierro Valero, originario de Monterrey, no puede cruzar a Estados Unidos, por lo que la novia, Estephany Guerra aceptó la propuesta de realizar la singular boda a bordo de una pequeña balsa inflable de remos.

La unión de Rubén, de 27 años, y de Estephany, de 26, es la primera que se lleva a cabo en la región sobre las aguas del río Bravo, según explicó Erick Ellman, presidente del organismo internacional Big River Fundation, con sede en San Antonio, Texas.

“Estamos muy felices y contentos, pero no sabíamos que sería en el río. Como todo estaba listo decidimos hacerlo de esta manera”, dijo Rubén momentos antes de abordar la pequeña lancha junto con su futura esposa.

Luego de llegar a la orilla del río, cerca del puente internacional I, la pareja, quienes viven juntos en Nuevo Laredo, abordaron la canoa que los llevaría a la orilla opuesta, en donde el juez Oscar Liendo y periodistas de varios medios de comunicación de ambos laredos, los esperaban para tomar nota de esta singular boda que marcará historia en esta región.

“La mayoría de las personas decide casarse en la ciudad, entre el bullicio, el ruido, el tráfico y el esmog, pero ellos decidieron casarse en el río Bravo, por lo que están haciendo historia por ser la primera pareja que se casa de esta manera”, expresó Ellman.

Aunque ambos ya tienen cuatro hijos, Roberto Julián, de 4 años; Joaquín Gael, de 2, y los gemelos de 5 meses, Rubén y Fernando, todos nacidos en Estados Unidos, decidieron casarse así para dar a conocer a los gobiernos de ambos países, que las leyes no funcionan cuando dos personas deciden unirse en matrimonio, aunque uno de ellos no pueda pisar suelo norteamericano.

La boda

La pareja arribó a la orilla del río Bravo a las 13:40 horas del miércoles, y junto con ellos llegó Armandina Guerra, madre de la novia, Javier y Flor, padres del novio, así como la abuela y un hermano de Rubén.

Partieron de Nuevo Laredo hacia la orilla opuesta del río, en donde una comitiva del juez Liendo los esperaba para dar oficialidad al matrimonio, así como familiares de la novia y algunos medios de comunicación.

El trayecto duro escasos 13 minutos en cruzar los aproximadamente 150 metros de ancho que mide el río, y a pesar del fuerte viento y de la inesperada corriente, llegaron al lado estadounidense a las 13:53 horas, pero sin bajarse de la balsa, ya que de haberlo hecho de inmediato Rubén hubiera sido arrestado por las autoridades, por su calidad de indocumentado.
El Tratado de Guadalupe Hidalgo, en su Artículo 7, establece que toda persona puede navegar libremente en las aguas del río Bravo, y si se trata de personas sin documentos para ingresar a Estados Unidos, lo pueden hacer siempre y cuando no pisen su territorio.

Es por ello que pese a que el juez Liendo oficializó el matrimonio en tierra, la pareja no bajó en ningún momento de la balsa, lo que fue detalladamente observado por elementos de la policía de Laredo y de la Patrulla Fronteriza que vigilaban atentos pero a prudente distancia, este singular acto que conmovió a la población de estas dos ciudades hermanas.

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