México necesita más Banca

0

Las instituciones de crédito en México requieren asumir un mayor compromiso para fungir como verdaderos motores de impulso para proveer los elementos necesarios, vía el crédito, tanto a personas físicas como morales, a fin de contribuir a la expansión del PIB.

Tal parece que la historia de las instituciones de crédito en el país ha tenido una etapa larga de reproches acerca de una participación escasamente significativa para todo cuanto refiere al crecimiento.

No hay manera de encontrar el modelo perfecto que encaje en lo que se espera tanto para beneficio de las empresas de todos los tamaños, como para las personas que requieren de distintos tipos de crédito.

Desde las transformaciones más significativas iniciadas al final del sexenio del presidente José López Portillo, cuando decretó la nacionalización, hasta el carácter más privatizador adquirido en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari y la posterior extranjerización con el presidente Ernesto Zedillo.

En los últimos doce años, continuó el privilegio hacia el capital foráneo en las instituciones de crédito y realmente pocos grupos financieros conservan el sello nacional, en este caso, Banorte, lleva el liderazgo con “el sello de la casa”.

Pero no todo está hecho. La transformación iniciada desde 1982, no termina de culminar, el presidente Enrique Peña Nieto y su equipo lo saben bien, de allí la idea de plantear una reforma financiera para que los grupos financieros acompañen al país con un mayor apalancamiento.

Uno de los cuestionamientos más frecuentes versa sobre la falta de sucursales bancarias en diversas partes del territorio mexicano.

De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y Banco de México, de los 2 mil 456 municipios que tiene el país, el 64% no cuentan con sucursales bancarias y el 63% no tienen cajero automático.

¿Con estos datos cómo le pides a la gente que deje de ahorrar en tandas, caiga en los típicos fraudes de cajas de ahorro ilegales o no acuda a pedir prestado al usurero de la colonia?

Con base a la información de la CNBV y Banco de México, sabemos que en 1994 había 4 mil 888 sucursales; en 2000, 7 mil 039 y en junio de 2008, 9 mil 980 oficinas bancarias. En enero de 2013, un total de 12 mil 392 oficinas.

Ello significa que en 1994 había una sucursal bancaria para atender a 17 mil 962.35 personas; en 2000 a 13 mil 979.25 y en junio de 2008 a 10 mil 771.54 personas. Y en enero de 2013, había una sucursal bancaria por cada 10 mil personas dado el avance demográfico.

De ellos se desprende no solo la falta de cobertura geográfica por parte de las oficinas bancarias, sino que la inclusión financiera en el país no es igual para todos, se margina de la misma forma que existe la exclusión social y económica.

Entre mayor pobreza, mayor exclusión social y económica y menor inclusión financiera.

No hay forma entonces de proveer a la gente más necesitada de las herramientas necesarias para romper, vía el crédito, la brecha de su pobreza generacional.

Pero el tema de la inclusión financiera es más profundo de allí la importancia de la reforma financiera impulsada por el presidente Peña Nieto y que, podría empantanarse, debido a la politización de diversos temas que orbitan en la agenda nacional.
A COLACIÓN

El proyecto liderado por el Grupo Consultivo de Asistencia a los Pobres (CGAP por sus siglas en inglés) advierte que en el caso de México a pesar de ser una economía que contribuye con 30% del PIB de América Latina arrastra niveles demasiados bajos de bancarización, menos de 25% respecto al PIB nacional, cuando comparado con otras economías de la región sus niveles son mayores a los mexicanos. Por ejemplo: en Bolivia es de 40% del PIB y en Colombia del 38 por ciento.

¿Qué es lo que está fallando? Fundamentalmente la falta de interés de la banca en México para invertir en la expansión de sucursales bancarias y contratar personal para atenderlas.

Esta atonía, la refieren especialistas como Hannah Siedek, del CGAP, en declaraciones a medios nacionales señala que: “Nos hemos dado cuenta de que para los bancos es bastante difícil cambiar de mentalidad y adaptarse a una clientela diferente a la de zonas urbanas y estratos económicos más altos. Quizá haya posibilidades de unir esfuerzos con la banca comercial. A mí me preocupa el costo de los servicios financieros, porque México tiene tasas de interés mucho más caras en comparación con otros países”.

El escenario es aún más lacónico. Según la consultora Sigma y Sigmarket, el 86% de los hogares mexicanos tienen bajos niveles de penetración de la banca.

(Visited 1 times, 1 visits today)