Un 10 de mayo triste y con poca gente en el panteón municipal

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Nuevo Laredo, Tamaulipas.-A diferencia de otros años, este 10 de mayo fue el menos visitado para el panteón municipal antiguo de esta ciudad, por lo que vendedores, limpiadores de tumbas, cargadores de agua, albañiles, pintores, artesanos y cuidadores de autos, se quejaron del poco trabajo que tuvieron durante casi todo el día.

Pese a ello, las hermanas Enedina y Juana no faltaron a la cita con sus padres que yacen juntos en la misma tumba.

“Venimos a colocarle flores en la tumba de nuestros padres, nunca faltamos en este día, aunque vemos menos gente que en otros años”, menciona Enedina, quien carga un frondoso ramo de flores entre sus brazos.

Su hermana Juana carga otro ramo que con sumo cuidado abraza pera que no se maltrate, y juntas caminan casi al final del camposanto, en busca de la tumba donde los esperan sus padres, fallecidos hace muchos años.

Lo mismo hace la familia Hernández en la tumba donde yacen los esposos María del Socorro Hernández y Arturo Martínez, además de Guadalupe Martínez y uno de los abuelos de la numerosa familia que cada domingo acude al panteón con flores para depositar en la lápida.

Carla Martínez, hija de la pareja fallecida, llegó acompañada de al menos una docena de familiares, entre hijos, nietros, bisnietos y tataranietos de María del Socorro y de Arturo, fallecidos en los años 2009 y 2011, respectivamente.

Ellos procrearon 12 hijos, quienes a su vez les dieron casi medio centenar de nietos y unos 40 bisnietos.

Cerca de allí se encuentran Leonel y Román, un par de jornaleros que hacen todo tipo de trabajos para los dolientes que en cualquier época del año visitan el lugar.

“No hay gente, no sabemos porque ahora no ha venido la gente, se quejan tras culpar la ligera llovizna que cayó por la mañana, y porque este día es entre semana, aunque confiaron que el sábado y domingo las cosas mejoren.

De la misma opinión es el dueto ‘Los Cayetanos’, integrado por el acordeón de Juan, y la guitarra de Basilio.

Ellos se quejaron de que en toda la mañana solo una vez los contrataron para cantar, ante la escases de dolientes que por lo general en este día, abarrotan el camposanto.

En un día que ellos llaman bueno, pueden ganar hasta 500 pesos, pero este 10 de mayo no fue su día de la suerte, y quedaron esperando gente, al igual que la infinidad de madres que yacen sepultadas en cientos de tumbas esparcidas por todo el panteón.

Y mientras adentro la ausencia de gente era evidente, afuera los vendedores de flores casi se arrebatan a los pocos clientes.

Héctor Gaucín, administrador del panteón, se extrañó de la poca gente que asistió, al menos hasta el mediodía, al camposanto. “Tal vez se deba a que no hay dinero”, fue su explicación.

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