El excremento de la lombriz de tierra se puede usar para medir las temperaturas del pasado, brindando así una ventana hacia el clima de la antigüedad.
Un estudio muestra que la química de las pelotitas de cristales calcáreos secretadas en el suelo por los gusanos varía con la temperatura.
Un equipo británico dijo que los gránulos podrían compararse con otros “apoderados” climáticos, como los núcleos de hielo y los sedimentos de aguas profundas.
Los detalles figuran en la revista Geochimica et Cosmochimica Acta.
Científicos de las universidades de Reading y York informan que los nódulos de carbonato de calcio (calcita) cavados de sitios arqueológicos proporcionan una medida única de las antiguas temperaturas locales.
Debido a que las razones de isótopos diferentes -o formas- de oxígeno en los cristales calcáreos varían con la temperatura, es así que registran las condiciones actuales mientras crecen dentro de las lombrices.
Los gránulos tienen un tamaño de hasta dos milímetros y una apariencia distintiva, de manera que puedan ser identificados en el suelo en sitios arqueológicos.
Cristales calcáreos
Emma Versteegh, autora principal de la publicación, comentó: “Las lombrices de tierra secretan varias pelotitas al día, así que brindan un historial de las variaciones estacionales en temperatura, así como de las variaciones geográficas locales”.
El equipo se está concentrando en muestras que datan de miles de años atrás y las han recuperado de Silbury Hill, un túmulo neolítico cerca de Stonehenge.
Su enfoque proporcionará un cuadro de las variaciones climáticas locales en sitios semejantes a lo largo de cientos de miles de años.
Charles Darwin habló sobre el tema de los notables cristales calcáreos que secretan las lombrices en 1881, en su última obra, “La formación de la tierra vegetal, a través de la acción de las lombrices, con observaciones sobre sus hábitos”.
Los nódulos se forman en una glándula pálida visible en la parte inferior de una lombriz de tierra, unos siete segmentos debajo de la cabeza.
Darwin sugería que las lombrices podrían usar los gránulos para neutralizar el ácido en sus intestinos, y los experimentos más recientes indican que estaba en lo correcto.
El profesor Mark Hodson, principal investigador del proyecto actual, describe los gránulos como una “tableta para la indigestión producida por uno mismo”.
Otras medidas geoquímicas de temperaturas pasadas y el clima se pueden comparar con el método del gránulo de la lombriz de tierra, como los mencionados núcleos de hielo y sedimentos de aguas profundas, además de los anillos de los árboles.
Pero el último enfoque ofrece un registro sensible a las variaciones en el tiempo, así como el hecho de ser geográficamente específicos, lo cual da una ruta para medir la temperatura local y las condiciones del clima en tiempos antiguos.
Fuente:
BBC.co.uk