Nuevo Laredo, Tamaulipas.-Lupe Jiménez es una mujer madura que por tres días consecutivos ocupa ya una de las viviendas que desde hace varios años se encontraba abandonada en la colonia Villas de San Miguel, al poniente de la ciudad; antes pagaba renta.
La casa es pequeña por ser de interés social, y es de las que el Infonavit gestiona para los trabajadores afiliados al Imss. Muchos son obreros de las maquiladoras que se van de la ciudad y que ellos abandonan por no poder pagarlas debido a los bajos salarios que perciben o porque fueron despedidos, pero eso a Lupe parece no importarle.
Su nueva casa aún luce los estragos del vandalismo, ya que no cuenta con ventanas ni puertas, y los muebles del sanitario fueron arrancados de tajo.
Aunque el interior ya luce limpio, aún se nota en las paredes las marcas que pandilleros, vagos y delincuentes han dejado en las más de 30 mil casas abandonadas que tiene censadas el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) en la ciudad.
De acuerdo a un censo de este organismo, las viviendas en abandono representan cerca del 10 por ciento del total de las 256 mil 531 casas habitación con que cuenta Nuevo Laredo.
Sin energía eléctrica ni agua potable, Lupe, al igual que cientos de familias que pagaban renta o vivían con algún familiar de ‘arrimados’, ahora vive en una casa que ya limpió y arregló, porque piensa que en lo futuro será su nuevo hogar, aunque tenga que pagar por ella.
Lo peor es que los vándalos arrancaron las tuberías de cobre y el alambre de energía eléctrica, para venderlo por kilo en las llamadas ‘básculas’ que lo compran a precios irrisorios, a sabiendas de que es robado y porque las autoridades hacen poco para evitarlo.
“Sí…necesito la casa, y allí me van a decir cómo se va a resolver mi situación.
Y es que están todas destruidas…sin puertas…sin ventanas…sin nada, pero andamos arreglándolas para que se vean bonitas”, dijo la humilde mujer de piel morena curtida de tanto sol, como las que vienen desde hace años del sur del país en busca de un mejor nivel de vida.
A ella, unos vecinos que ocupan casas de otra colonia en las mismas condiciones, le mencionaron que hiciera lo mismo porque unas personas le ‘arreglarían’ para que se quedara con ella, por lo que el martes de esta semana escogió una y se metió, en espera de que esa promesa se haga realidad.
“Me dijeron que agarrara una (casa) ahí, y que pusiéramos ventanas y puertas…pero que nos metiéramos pero ya…”, expresó la mujer en cuyo rostro se apreciaba una luz de esperanza por tener la cercana posibilidad de tener una casa propia, aunque se encuentre casi destrozada y tenga que pagarla.
Problema social con tintes políticos
Lupe acude por tercer día consecutivo, al igual que otras 500 personas, en su mayoría mujeres jóvenes con niños pequeños, a las instalaciones del Instituto Municipal de la Vivienda y Suelo Urbano (Imvisu), con la finalidad de que se les permita ocupar ‘legalmente’ unas mil 500 viviendas que al estar abandonadas, fueron ocupadas por esas familias.
Desde las 07:00 horas y desde el 25 de septiembre, diversos grupos de personas arribaron a las instalaciones de dicho organismo municipal, ubicado en la torre administrativa del ayuntamiento, mejor conocida como ‘El Palomar’, y lo hicieron en grupos de 10 y 15 personas, en atención a una petición de presuntas líderes que les mencionaron que tenían que acudir para hacer un listado de quienes ‘limpiaron’ las casas y ya las ocupan.
Sin algún líder definido, pero extrañamente bien organizadas, estas personas se dividieron en varios grupos de acuerdo a las casas que ya ocupan, por lo que algunas mujeres comenzaron a enlistarlas según las casas que invadieron en las colonias Los Olivos 1 y 2, Reservas Territoriales, Villas de San Miguel, Los Toboganes, El Campanario, Valles Elizondo, Valles del Paraíso, Lomas del Poniente, Infonavit y otras.
—“¡Quienes viven en Los Olivos, que se formen para hacer la lista!”, gritó una mujer con aspecto de lideresa, mientras en otro extremo de la pequeña explanada donde se asentaron, otra mujer con el mismo aspecto que la anterior, mostraba con una mano una lista con los nombres de las familias que invadieron casas en otra colonia.
Una brava pero humilde mujer dijo en tono amenazante: “A mí ya nadie me va sacar de mi casa”. Aunque después recapituló al mencionar que estará de acuerdo si le dicen que deberá pagarla en abonos.
Poco a poco se arrimó una veintena de mujeres, la mayoría menores de 25 años de edad y con hijos pequeños en brazos, que apuradamente daban sus nombres y la ubicación de las viviendas que invadieron hace unos días.
De acuerdo a José Cruz de la Luz Paz, presidente del Consejo de Instituciones de Nuevo Laredo (CINL), y dirigente de una organización de constructores, la inseguridad, la migración y el alto precio de este tipo de casas, es lo que motiva a que sean abandonadas, versión que comparte el titular del Inegi en la ciudad, José Alejandro Ramos .
“El principal motivo por el que la gente abandona sus casas, es porque no tiene dinero para pagarlas…no hay trabajo…la gente no tiene con qué pagarlas”, expresó.
Dijo que solicitó a las autoridades municipales y al Infonavit, que las casas abandonadas sean remodeladas para ponerlas en venta, aunque reconoció que sería un proceso legal muy tardado, por lo que previó que ello podría provocar un serio problema social, como el que se gesta para la próxima administración municipal que entrará en funciones el martes uno de octubre, y que será de extracción panista.
El secretario del ayuntamiento, Fernando Miranda, quien desde el jueves se reúne con los titulares locales del Instituto Tamaulipeco de la Vivienda y urbanidad (Itavu), Luis Lauro Villarreal, con el titular del Infonavit, Rafael García López; con Sotero García Hinojosa, titular del Imvisu, y Sergio Ojeda, titular del catastro, trata de dar una solución social y no política a este conflicto que dijo, tendrá que resolver la administración panista cuyo alcalde Carlos Cantúrosas Villarreal, asumirá el cargo el próximo martes.
Aunque el problema se venía venir desde hace meses, de manera extraña surgió a unos días de terminar la presente administración municipal, del PRI, y en la víspera del inicio de una administración que gobernará el PAN, luego de 36 años de gobiernos priistas.
“No tenemos tiempo para resolver este asunto, y espero que no se politice”, expresó Miranda tras sospechar que detrás de este movimiento de demanda de viviendas, pudieran existir intereses de tipo político.