Durante la primera sesión de cabildo que el PAN/gobierno llevó a cabo el miércoles, en una sala atiborrada de personas, salieron a relucir cosas muy interesantes y otras no tanto, pero lo que me pareció relevante fue lo que el alcalde Carlos Cantúrosas dijo con relación a la forma en que gobernará la ciudad en los próximos tres años.
Previo a este anuncio, dio a conocer a medias algunas presuntas irregularidades cometidas durante la anterior administración municipal, probables desfalcos financieros en la ejecución de la obra pública, entrega tardía de documentación, ausencia de documentos que avalen el ejercicio financiero anterior.
Además de un parque vehicular deplorable, una deuda pública aun no cuantificable y deudas, cosas raras, y misteriosas desapariciones de muebles e inmuebles rentables pero no comprobables todavía.
Sin embargo, por encima de todo ello, me pareció de singular relevancia que el alcalde haya dicho que gobernará con austeridad, y que sus colaboradores cercanos y no tan cercanos, no dispondrán de recursos económicos para dilapidar en la compra de vehículos nuevos para su traslado personal, ya que los que dejó la otra administración, serán reparados y utilizados, o en su defecto, desechados.
Además, comentó con voz firme, que no utilizará el avión particular rentado por los anteriores alcaldes a un costo de 130 mil pesos por viaje a ciudad Victoria, cuando se requieren de al menos tres al mes.
Si lo que escuché de voz de este joven alcalde fuera verdad, no estaría viendo a un funcionario de derecha, surgido del PRI pero gobernando para el PAN, sino a un militante de la izquierda moderada al estilo europeo, tal vez, no surgido del PRD.
Todo eso que dijo me pareció bien, magnífico y estupendo, pero me surgen algunas dudas al respecto con relación a ese plan de austeridad gubernamental, ya que si bien tocó todo el aparato municipal, o casi todo, dejó intacto a su cuerpo edilicio integrado por secretarios, síndicos y regidores, quienes supongo, seguirán ganando enormes fortunas quincenales, solo por ser amigos del alcalde, amigos de los amigos de él, parientes cercanos de los funcionarios recién nombrados, o simplemente compromisos de campaña con salarios estupendos.
Si Cantúrosas quisiera en realidad gobernar de manera austera, debería en primera instancia dar a conocer de manera pública su patrimonio personal y familiar, al igual que el de sus colaboradores, para que al final del trienio no nos salgan con que ese enriquecimiento explicable surgió del puritito sudor de su frente y del trabajo tan honesto que desempeñaron como servidores públicos.
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Es muy común ver como al inicio de cada trienio ingresan a la administración pública personajes mediocres con un desempeño tan gris, que nadie los había notado, pero al terminar los gobiernos trienales, terminan como señores feudales, con costosas residencias en esta ciudad y en la vecina Laredo, Texas, vehículos y camionetas del año, cuentas bancarias en algunos bancos de Estados Unidos, de las Islas Caimán e incluso, de Suiza.
Algunos de los nuevos funcionarios de cada tres años nunca han viajado a otros países, pero resulta que conforme avanza la administración municipal, ya viajan a París dos o tres veces, y se visten de la mejor ropa comprada en los mejores almacenes de San Antonio y de Nueva York.
En el trienio que inició el uno de octubre, no creo que sus funcionarios sean la excepción, sobre todo el cuerpo de regidores y de síndicos, que cada tres años hacen viajes espectaculares a diversos países.
Y es que retornando al tema de la austeridad, los regidores y los síndicos son de los más privilegiado de la clase política gobernante; y se debe en parte a que en su conjunto erogan en forma de salario mensual un millón de pesos, sí, solo en salarios.
Esa parte no fue tocada por el alcalde Cantúrosas, porque no creo que en su cabildo vaya a reinar la austeridad, ya que pese a que cada uno de los 21 regidores y síndicos, tienen un salario nominal de 11 mil pesos quincenales, lo que da al mes 22 mil pesos, que es lo que usted y yo podemos comprobar físicamente.
Pero lo no comprobable es la otra nómina que se les paga en forma de compensaciones similares al salario que ganan, es decir, que aumenta a 44 mil pesos mensuales, aunque hay algunos regidores, los más listos y astutos, que resultan ser hábiles negociadores para sacarle al alcalde en turno un salario de hasta 60 mil pesos o más por mes.
Como no creo que a ellos se les vaya a bajar el sueldo, entonces el gobierno de austeridad anunciado por el alcalde aquedará solo a medias, porque pagarle a este grupo de personajes que se ha demostrado ni trabaja, ni cumple con sus horarios de trabajo, no gestionan nada porque no saben hacerlo, será un vil despilfarro de recursos.
Tomo como ejemplo el cabildo de Laredo, Texas, ciudad vecina aunque no tan hermana como suelen hacernos creer, en donde siendo una ciudad el doble de grande territorialmente hablando, aunque con menos habitantes pero mejor urbanización y desarrollo de todo tipo, solo hay 8 regidores, de los que la mayoría no devenga un salario porque trabaja para el gobierno federal o estatal, y aun así trabajan mejor que los nuestros y sin tantos reflectores.
Es una pena que en donde debería haber austeridad haya opulencia, en donde debería haber ahorro haya despilfarro, y en donde debería haber democracia, surja una plutocracia que nos gobernará durante tres años… tal vez.
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De todos los nombramientos que surgieron en esta nueva administración municipal surgida del PAN, me llama mucho la atención un nombramiento que por su origen, resulta suigéneris, debido a los escándalos que provocó y a que fue decisiva su participación en el triunfo del PAN en las elecciones de julio de este año.
Me refiero a Enrique Resendez, ex dirigente municipal del PAN que renunció a ese partido para militar en el PAN, traicionando la confianza que le dio ese partido político cuando lo eligió su representante.
Y aunque no es el púnico caso de traición partidista, que en esta ciudad ocurre lo mismo en el PRI, que en el PAN y el PRD, su relevancia es notoria porque influyó, tal vez en la derrota del PRI, no en el triunfo del PAN, que no es lo mismo.
El nombramiento que le dieron a Resendez los siento como si fuera un destierro, ya que lo nombraron representante del gobierno municipal en el DF, pero solo que tenga negocios en aquella ciudad, su nombramiento sería un premio.
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Hasta mañana
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