Sin duda alguna, la visita que el gobernador Egidio Torre Cantú hará este martes a la ciudad, será en extremo muy incómoda para el alcalde Carlos Cantúrosas, y no solo porque el mando estatal esté en manos del PRI, y que el municipal sea del PAN, sino porque la soberbia se ha apoderado del joven edil de Nuevo Laredo.
Así es y eso todos lo saben. Aún no se cumple un mes de que el PAN con este joven político a la cabeza tiene el poder en la ciudad, y ya los humos tienen altos vuelos, tantos que desde la capital estatal nos dicen que tuvo su primer desaire con el gobernador, debido a una calle que se le pidió sea pavimentada previo a la inauguración del Hospital Oncológico este martes, y que no hizo porque no le avisaron desde Victoria que venía.
La soberbia, cuando se une a la insensibilidad y se combina con la inmadurez, pueden dar como resultado la improvisación de acciones y la comisión de yerros que van en detrimento del desarrollo de una comunidad, en este caso, de Nuevo Laredo.
Viene el gobernador Egidio a la inauguración y supervisión de obras con presupuesto estatal, las que el anterior alcalde se las había adjudicado como de su propia administración, lo que le costó un regaño.
Pero parece que Cantúrosas sigue los mismos pasos, aunque en reversa, ya que es muy pronto para enemistarse con el gobernador de Tamaulipas, y pese a que Nuevo Laredo esté en manos del PAN, el alcalde será siempre su subordinado, al igual que los alcaldes de los restantes 42 municipios de la entidad.
Pienso que esta temprana soberbia se puede deber a que en el seno del mismo PAN le han hecho creer que tiene madera para ser postulado candidato por su partido al gobierno del estado dentro de tres años, y es posible que esa idea le haya calentado tanto la cabeza, que se encuentra en estos momentos montado en una nube, porque no es posible ya que se haya disgustado con Egidio.
Digo eso porque la mañana de ayer, durante la ceremonia de honores a nuestra Bandera Nacional, un colega le preguntó sobre los pormenores de la visita del gobernador, y de manera textual le contestó: “Que lo anuncie él directamente…prefiero que lo anuncie directamente la gente del gobierno del estado. Lo conozco, pero prefiero que ellos lo anuncien…”.
Dígame usted si sus declaraciones no muestran en el fondo encono y soberbia, tanta, que hasta en el boletín de prensa emitido por la dirección de comunicación social del ayuntamiento, relacionado con la agenda de la visita de Egidio, se refleja, al no mencionar para nada el nombre del gobernador ni de las visitas que hará, solo se menciona como una agenda más del presidente municipal. ¿Qué eso no se conoce como soberbia?
El gobernador estará a las 11:20 horas en la Universidad Tecnológica para establecer algunos acuerdos y apoyos en materia educativa; de allí se trasladará al Hospital Oncológico a las 13:10 horas para su inauguración, y a las 14:30 horas estará en la calle Madero, para ver los avances del puente que la conectará con el bulevar Colosio.
En esta gira tengo entendido que el invitado no será el gobernador, sino el presidente municipal, con quien ya existen serias diferencias, a 35 meses de que termine su gestión como alcalde, o mejor dicho, a 29 días de haber iniciado su gobierno.
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Y siguiendo con la misma tónica, el sábado el diputado local Ramiro Ramos Salinas, quien es el presidente de la junta de coordinación política en el congreso de Tamaulipas, mostró que sigue siendo el brazo derecho del PRI en esta ciudad, al haber aglutinado en su evento a toda la clase política de su partido.
Estuvo en el evento el pasado borrascoso de un PRI radical y duro, aunque populista, de un Horacio Garza que pese a llevar a Nuevo Laredo a la casi ruina, se vanagloria aún de haber sido dos veces alcalde de esta ciudad, dos veces diputado federal, y dos diputado local entre otras ‘linduras’ que no se mencionan porque el PRI se ha encargado de borrarlas de la memoria colectiva.
Cosas como su cercanía con el alcalde panista Cantúrosas, como la enorme fortuna que amasó de manera ¿inexplicable?, según dicen, y los hoteles de su propiedad que administra un familiar en Los Cabos, amén de los terrenos que se menciona, tiene muy cerca del puente internacional 3, y su amistad con el ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba.
También asistió el ex alcalde Daniel Peña Treviño, cuyos tres años de gobierno fueron de los más violentos e inseguros de que se tenga noticia en esta ciudad, y que al igual que con Horacio, forma parte de ese pasado reciente de un PRI que estaba obligado a perder en esta ciudad, por la misma arrogancia y soberbia que envuelve al actual edil, pese a ser del PAN.
El ex alcalde Ramón Garza Barrios también fue invitado, y al igual que Daniel, forma parte de un pasado reciente que se quiere olvidar por el terrible daño que se le hizo a la ciudad.
No estuvo el ex alcalde Benjamín Galván Gómez, también del PRI, quien no asistió al evento tal vez porque muchos de los dardos envenenados que se lanzaron al terminar, estaban destinados a su persona, por las 90 obras que le ‘heredó’ a Cantúrosas, y por las 5 cuentas pendientes que aún no son descifradas.
Ese pasado formado por Galván sigue presente en la mente de muchos, por lo que era obvio que no llegara, aunque existía el compromiso de asistir, porque se quiera o no, también forma parte del mismo brazo que el PRI mostró en ese evento, y que le dio el triunfo cuando era el candidato.
Dos invitados que aunque no obligados debieron estar allí, son los diputados locales del PAN por esta ciudad, Laura Zárate y Enrique Rivas Cuellar; la primera con hambre de aprender y figura dentro del PAN como probable candidata de otros cargos de elección popular, y el segundo invadido por la misma soberbia que caracteriza a la mayoría de los ‘divos’ de esta administración municipal panista.
Con todo esto, Carlos Cantúrosas ya piensa en la gubernatura, y aunque durante su visita a Matamoros presionó y tal vez pagó para que desde allí se hablara bien de su persona, en la alcaldesa Lety Salazar tiene a una contrincante de mayor experiencia y popularidad entre su gente, para pelear por la candidatura al gobierno de la entidad.
Un escollo más, mucho más pesado para ambos, es el que significa el senador también del PAN, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ex alcalde de Reynosa, ex diputado federal y ex de muchas cosas, quien pese a lo polémico de su trayectoria política, no deja de ser en estos momentos el político panista más carismático del momento, con amplias posibilidades de ser el candidato natural al gobierno de la entidad.
Pero por el lado del PRI, durante el evento de Ramiro se vio a un PRI deseoso de volver por sus fueros con la práctica de nuevas aunque disfrazada mañas que le permitieron durante muchas décadas, arrebatar lo que siempre consideró de manera errónea que era suyo: el poder que da el triunfo.
Sin embargo, algo que se vio fue que en Ramiro se perfila a quien pudiera ser el candidato del PRI a la alcaldía de Nuevo Laredo, y que junto tal vez con Ramón, único priista que ha obtenido la mayor puntuación de votos como candidato (al igual que Benjamín), pudieran formar la mancuerna que tanto ha buscado el PRI, y que pienso que buscará para arrebatarle al PAN Nuevo Laredo.
Es temprano todavía para pensar en ello, pero la sacudida que le dio el PAN al PRI en las elecciones de julio, no son para pensarse mucho, y en el tricolor veo intenciones reales de reorganización.
Si es así, la pelea que se espera para el 2016 será interesante y de alto beneficio político para nuestra ciudad, la que requiere ya no de políticos banales y simplones, sino de políticas auténticas de desarrollo que nos permitan a los ciudadanos tener acceso a mejores niveles de vida, en un marco de tranquilidad y de seguridad, elementos que hasta el momento solo han sido promesas incumplidas de nuestros gobernantes.
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Hasta mañana
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