Ciudad Kennedy: la mayor huella de JFK en América Latina

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El recuerdo de John F. Kennedy en Bogotá se extiende por casi 4.000 hectáreas y es el hogar de aproximadamente 1,5 millones de habitantes.

Y es que la más poblada de las veinte localidades en las que se divide la capital colombiana lleva con orgullo el nombre del fallecido presidente estadounidense.

“La Kennedy” nació a inicios de los 60 de una urbanización popular, mucho más pequeña, ubicada a unos seis kilómetros en el suroccidente de la ciudad y construida con el apoyo de la Alianza para el Progreso.

El 17 de diciembre de 1961 el propio JFK se encargó de colocar la primera piedra del novedoso proyecto habitacional de 12.000 casas, entonces llamado “Ciudad Techo”, con lo que se ganó un lugar permanente en el corazón y el recuerdo de sus primeros habitantes.

“Yo estuve aquí el día de esa inauguración, cuando todo esto no era más que potreros y caños”, recuerda Francisco Tamayo, de 81 años, el primero de los pobladores en mudarse al nuevo barrio, mientras observa la humilde placa ubicada justo enfrente de su casa que conmemora el acontecimiento.

“Cuando la muerte de Kennedy, todos los habitantes manifestamos el duelo marchando por las poquitas calles y pidiendo que se le cambiara el nombre de Ciudad Techo a Ciudad Kennedy”, le cuenta a BBC Mundo.

Optimismo y progreso

De las primeras construcciones –casitas de una planta, elaboradas bajo la modalidad de autoconstrucción– ya casi no queda nada, pues la mayoría han sido remodeladas y cambiado de dueño varias veces a lo largo de los últimos cincuenta años.

Pero el recuerdo de Kennedy también ayuda a mantenerlo vivo una escuela cercana, que también lleva su nombre, así como la placa conmemorativa que identifica la primera casa de la que se otorgó escritura de propiedad.

En el tercer piso de esa vivienda, varias veces remodelada, también abundan las imágenes y tributos a JFK, a quien años después el primer beneficiario, Argenil Plazas, llegaría a visitar en la misma Casa Blanca.

“Yo creo que (en el barrio) todavía hay personas que conservan y han ayudado a conservar el recuerdo de lo importante que fue este personaje”, le dice a BBC Mundo John Francisco Plazas, el menor de los 16 hijos de don Argenil, quien ahora tiene 97 años.

“Por lo menos nosotros en la casa lo tenemos claro. John F. Kennedy fue una persona que marcó mucho el camino de la vida de la familia Plazas Marín, con solo el hecho de ayudarnos a tener una vivienda digna”, agrega, mientras observa las imágenes que se acumulan en una de las paredes de la casa.

Con 12 hijos a cuestas, don Argenil había llegado a Bogotá proveniente de Tolima algunos años antes, escapando de la violencia bipartidista que terminó oficialmente en 1958 con la conformación del denominado Frente Nacional: la alianza entre liberales y conservadores que tuvo como su primer presidente a Alberto Lleras Camargo.

Y según el profesor de historia urbana de la Universidad Nacional, Fabio Zambrano, ese contexto también terminaría dotando al nuevo barrio un simbolismo y un significado especiales.

“(La construcción de Ciudad Kennedy) se da en pleno Frente Nacional, en plena expansión demográfica de Bogotá: la ciudad en ese momento está pasando del millón de habitantes y hay una migración bastante grande”, le explica a BBC Mundo.

“El inicio de la década de los 60 también es un momento dominado por una idea de progreso, de optimismo. Es un momento de modernización. Por eso la construcción de Ciudad Kennedy es algo muy importante, aunque también muy mitificado: tanto por (la visita de) Kennedy como por el Frente Nacional, por cierta imagen de que el Estado entraba a ofrecer vivienda para los habitantes urbanos, cosa que luego se va frenando”, agrega el catedrático.

En crecimiento

Efectivamente, en el imaginario colectivo colombiano la visita de Kennedy a Bogotá tiene un significado muy especial, pues en cierta forma viene a marcar el fin de un aislamiento de años, afirma Zambrano.

Y la urbanización inaugurada por JFK durante ese viaje –que rápidamente se llena con edificios de apartamentos de tres y cinco plantas– también viene a darle un nuevo norte al desarrollo urbanístico de Bogotá, que en ese momento empieza a crecer hacia el suroccidente.

“La ciudadela quedaba lejos de Bogotá. Entre Bogotá y la ciudadela eran potreros y potreros. Entonces, cuando se urbaniza Kennedy, toda esa tierra se va a valorizar de una manera espectacular y se va a llenar con urbanizaciones privadas”, cuenta Zambrano.

La construcción de nuevas vías, especialmente en los años 70 y 80, terminaría apuntalando el espectacular crecimiento de una localidad que en la actualidad suele ser descrita como “la cuarta ciudad más grande de Colombia”.

Con numerosos y muy distintos barrios, sin embargo, la Kennedy de hoy conserva muy poco de la ciudadela original y no es de extrañar que los habitantes de amplios sectores de la localidad no busquen sus señas de identidad en sus lejanos vínculos con un expresidente norteamericano.

Con su rápida expansión, la imagen casi idílica de la Ciudad Kennedy de los primeros años también fue rápidamente remplazada por cierta reputación de violencia, que Zambrano considera inmerecida.

Entre Corabastos y la “Cuadra Picha”

Efectivamente, según el profesor de la Universidad Nacional, la mala fama de la localidad está íntimamente vinculada a dos lugares emblemáticos para los bogotanos.

El primero es Corabastos, el principal mercado de mayoristas de Colombia y la puerta de entrada de casi todas las legumbres, frutas y otros alimentos consumidos en esta ciudad de casi 8 millones de habitantes.

El otro, la famosa “Cuadra Picha”: una aglomeración de bares, restaurantes y discotecas ubicada en una transversal de la avenida 1ro de Mayo, probablemente el principal “rumbeadero” del sur de la capital colombiana.

“El hecho que la localidad sea tan grande y que tenga estos dos lugares muy puntuales, con altos niveles de violencia en la crónica roja de la ciudad, perturban mucho la mirada que hay hacia Kennedy, que queda como si toda la localidad fuera violenta”, lamenta Zambrano.

“Injustamente, porque no es así. Hay barrios con buena calidad de vida para sus habitantes. Pero lo que trasciende de la localidad es la noticia de violencia urbana”, le dice a BBC Mundo.

Esta, sin embargo, es una percepción que también ha ido cambiando con el paso de los años.

“Esa localidad ha mejorado mucho. Hace un tiempo se escuchaba más hablar de inseguridad en la Kennedy”, le dice a BBC Mundo Deyvi Taborda, quien trabaja como taxista en las calles de Bogotá desde hace seis años.

Y, para don Francisco Tamayo, los problemas de la zona en la que vive desde hace 51 años, no son muy diferentes de los de otras áreas de Bogotá.

Para estas fechas, de hecho, es otra cosa lo que preocupa a este jubilado de 81 años.

“Que yo sepa ninguna autoridad municipal ni nadie han hablado nada de un homenaje a Kennedy para recordar los 50 año se su asesinato”, le dice a BBC Mundo.

“Somos muy ingratos con el presidente Kennedy. Espero que al menos alguna misa hagamos”.

Fuente:
BBC.co.uk

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