Obama, ¿pacto con el diablo?

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En su segundo periodo de mandato, el presidente Barack Obama está dispuesto a emular al ex presidente John Kennedy, también demócrata y a quien la historia catapultó en un líder relevante del siglo XX.
Como si se tratara de una especie de homenaje personal, Obama procuró que en noviembre, mes en el que precisamente se cumplieron 50 años del asesinato de JFK se lograra (con mucha mediación de por medio) un acuerdo con Irán relacionado con el tema del enriquecimiento de uranio y su utilización para la fabricación de bombas nucleares.
No es desconocido para los propios biógrafos de Obama de la fuerte influencia en la personalidad del presidente de Estados Unidos y en muchas de sus decisiones de dos figuras trascendentales, como el ex presidente Kennedy y Martín Luther King.
Quizá es que cincuenta años para unos sea mucho tiempo, para otros poco, todo es cuestión de cómo se vea el vaso: si medio lleno o medio vacío, lo cierto es que desde 2001 con el ataque en territorio estadounidense contra las Torres Gemelas, la realidad geopolítica cayó en vorágine basta ver Afganistán, Pakistán, Irak en buena parte de Medio Oriente.
Por supuesto que Irán y Corea del Norte, han estado siempre presentes en la mesa de los estrategas, tanto para la geopolítica como para la geoeconomía.
Y el presidente Obama tendrá varias buenas razones para erigirse no en el señor de la guerra, sino el de los acuerdos, aunque a Israel -uno de los socios comerciales y económicos más cercano de los americanos-, le disguste de sobre manera.
¿Por qué la decisión de buscar un acuerdo pacífico con Irán? Consideramos los siguientes puntos: 1) La cercana presencia de Rusia y China no únicamente con Irán sino también con Siria. 2) Los acuerdos económicos y militares de Rusia y China con Irán. 3) Las constantes advertencias de diversos analistas rusos, ingleses y americanos en el sentido de la caja de Pandora que, una asonada bélica contra Irán, desataría en una región de por sí altamente sensible con un éxodo masivo de personas de un país a otro y de una frontera a otra que han provocado una desplazamiento humano que a la fecha desborda a la propia ayuda proporcionada por la ACNUR. 4) La inestabilidad del mercado energético, una guerra traería una escalada de precios incontrolable en los hidrocarburos, los más afectados serían los países desarrollados que apenas intentan salir de la crisis económica. 5) El problema del presupuesto americano y el enorme endeudamiento en las arcas públicas al que contribuyeron las campañas bélicas del presidente George W. Bush que convirtió a Estados Unidos en una economía de guerra descuidando aspectos sociales y reformas económicas. 6) El gasto actual de la movilización de tropas y equipamiento militar. 7) El gasto militar pre-invasión y sufragar el tiempo de permanencia recordemos que fue el mantenimiento de las tropas estadounidenses en Irak lo que terminó de desestabilizar el presupuesto americano y que los estadounidenses manifestaran su irritación por los impuestos, el encarecimiento de los servicios y la perdida de bienestar. 8) En todos estos términos a Estados Unidos le “sale” más barato un acuerdo con Irán muy por encima de la presión de los republicanos y su maquinaria belicista. 9) En estos momentos, el presidente Obama sabe que es necesario apuntalar una recuperación de la economía americana de manera sostenida para poder descender las cifras de desempleo y cumplir con las promesas sociales; no podemos olvidar que en 2014, buena parte de la dosis de volatilidad que se provoque en la economía mundial dependerá de la actuación de la Reserva Federal en el control de los estímulos aplicados desde hace meses en la economía estadounidense a fin de favorecer la recuperación mediante el consumo. 10) Con todo esto, el presidente Obama demuestra que tiene carácter para sostenerse aún por encima de las presiones y chantajes de los republicanos sobre todo si recordamos que hace unas semanas sucedió una histórica parálisis de la administración pública.
Tal parece que para el presidente Obama ya fue demasiada la herencia negativa tanto, fiscal como presupuestal, que le dejó su antecesor; él no quiere repetir la historia sabedor de que también “la maquinita de hacer dinero” se acaba y que Estados Unidos debe emprender la corrección de sus desequilibrios no vía la guerra sino vía la paz, la producción, productividad, ampliación de la demanda interna, mayor inclusión de la clase media a programas sociales. De, volver a hacer a Estados Unidos, el país de las oportunidades.
Para muchos, la pregunta que hoy flota en el aire es, ¿hasta cuándo lo dejarán seguir quienes tienen la otra apuesta, la más violenta?
PD. PD. *Economista. Mi twitter es @claudialunapale. Mi blog es http://claudialunapalencia.blogspot.com

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