Reynosa, Tamps.-Los reclamos y voces que se pronunciaron en contra de las imposiciones, tras las derrotas electorales de 2012 y 2013 en ésta ultima en plazas importantes como Nuevo Laredo y Matamoros, no fueron escuchadas y al final y nuevamente en una reedición de esa práctica que muchos asumieron se había marchado con Ricardo Gamundi Rosas, nuevamente el PRI retorna a sus mismos vicios y en un procedimiento carente de legitimidad y sobretodo de consenso en las bases de ese partido, este domingo Rafael González Benavidez asume el mando de ese partido que parece ir dirigido al despeñadero en la elección del 2015.
Apenas el 28 de noviembre pasado se anunció la difusión de una convocatoria y la estratagema fue puesta en marcha al filtrarse de inmediato los nombres de Rafael González Benavidez, carente de trabajo y militancia dentro del PRI y de la diputada local Aida Zulema Flores, experta electoral, pero nunca con experiencia en cargos de elección popular.
La formula fue filtrada a los sectores y de inmediato se solicitó el acato al decreto emitido, omitiendo así las bases de la misma convocatoria sin trabajo de campaña interno entre la militancia, como había ocurrido en procesos internos.
En Reynosa, González Benavidez y Aida Zulema Flores Peña participaron en una comida con consejeros estatales priístas de Reynosa, de 43 consejeros, solamente asistieron 15 consejeros, es decir ni siquiera hubo mayoría de consejeros.
Peor aún, con la arrogancia que lo caracteriza y respaldado en el decreto a su favor, Rafael González Benavidez, despreció todo contacto con la militancia, incurriendo en las descortesía con los sectores y organizaciones a quienes ignoró en este proceso ascendente rumbo a la dirigencia del PRI.
Este domingo sin el aval de la militancia del PRI, sin el apoyo de sectores y sobretodo con el hartazgo de volver a tener que enfrentar una imposición sin legitimidad alguna, se iniciara una nueva página en la historia de ese partido que simplemente ha dicho NO a la evolución y seguir sumido en el descredito de vicios y anatemas que lo han mantenido en el limbo y como un apéndice oficialista.
