Mejor prevenir que curar

Bajo la tónica de que es mejor prevenir que gastar en curaciones costosas, la Secretaría de Salud en la entidad ha dispuesto un ambicioso programa en ese sentido que ha tenido ya sus resultados.
En ese tenor, el secretario Norberto Treviño García Manzo llevó a cabo una reunión con colaboradores de esa dependencia, a fin de establecer los avances que se han logrado en programa sustantivos, y en el área de la prevención de enfermedades que cuestan mucho dinero, tales como la hipert4nsión, SIDA, Diabetes Mellitus, entre muchas otras.
Los costes de la dependencia para atender a pacientes que son víctimas de cualquiera de estas enfermedades son muy altos: se pagan millon3e de pesos en tratamientos que en muchas ocasiones no tienen el resultado deseado, porque los que enferman no se apegan a él, o porque ya tienen el problema demasiado avanzado.
La medicina es buena, cura, pero no hace milagros; éstos sin lugar a dudas pertenecen a la parte poco científica y mucho de mística: la fe. En ese sentido, podemos ver y decir mil y una cosas, pero nadie sabe a ciencia cierta cual es el efecto de una novena o una jaculatoria, sin embargo, cuando las personas se apegan a la sindicaciones del médico o alguien del equipo multidisciplinario, y cuando evitamos caer en esas enfermedades o en algunas otras, no tenemos la menor duda de qué causa estos efectos positivos para cualquier sociedad.
Dice el doctor Treviño García Manzo que invirtieron 2670 millones de pesos en acciones de medicina preventiva, y los resultados son altamente satisfactorios, ya que cientos de personas evitaron caer en un diagnóstico que, además de ser desgastante en aspectos familiares, económicos y morales,. Quitan a algunos otros la posibilidad de ser atendidos, al ocupar camas-hospital los enfermos que no se cuidaron y, hoy en día, en una cama o silla de ruedas, lloran su desgracia asegurando que “ahora sí, habrá que cuidarse”.
Todos sabemos que es más barato cuidarse antes que durante la enfermedad: los cuidados primarios son muy fáciles de entender y llevar a la práctica, así como también son algo que se puede llevar a cabo en cualquier momento, dado su bajo coste y la facilidad con que se puede transmitir hoy en día.
Sucede lo contrario con esos niveles en que, o nos curamos o morimos.
Y decimos “curamos” en el sentido de que queremos una pastilla que nos quite, de una buena vez, todos los malestares y molestias que pudiéramos tener, que nos erradique el virus o lo que propicie la enfermedad y que, en una sola dosis, encontremos la salud perdida, cuando en ocasiones se pierde a consecuencia de los malos cuidados que tuvimos durante meses o años, o porque no quisimos enfrentar la realidad, dejando el monitor de glucosa en una maleta para poder disfrutar de la vida, con una supuesta ignorancia que nos matará lentamente.
Y el doctor Treviño como titular de la Secretaría de Salud sigue haciendo le exhorto, en primera instancia, a sus colaboradores y personal de la dependencia para que sumen esfuerzos, apresuren el paso y redoblen las acciones preventivas; a la sociedad, para que escuchemos con atención y sigamos las indicaciones competentes en ese sentido.
Y mire que no es tan difícil cuidarse: basta con atender lo básico que se maneja en cualquier persona para poder sentirse bien: una alimentación correcta, adecuada… balanceada, como base de cualquier forma de prevenir enfermedades.
Posterior a ello, se necesita atender y entender los mensajes de los miembros del sector Salud, para poder seguir las instrucciones o indicaciones necesarias, y entonces, entrar en un estado de bienestar propio y personal, satisfactorio y de buena calidad, que nos permita recuperar en algunos casos, y en otros, mantener los niveles de buena salud que requerimos.
Es hora pues, como dice el secretario de salud tamaulipeco, que todos pongamos nuestro grano de arena para mejorar las condiciones de la sociedad en que vivimos.
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