Tampico, Tamaulipas.- Navidad es una época para estar más unidos a la familia, nos sensibiliza y obliga a ser más solidarios expresó el Obispo de la Diócesis de Tampico, José Luis Dibildox al dar como cada año el mensaje ante el Nacimiento del niño Dios.
“El espíritu de la Navidad nos invita a estar más unidos a la familia, a compartir , a dedicar más tiempo a los nuestros; a perdonar o pedir perdón si fuera necesario, pensemos en alguna persona necesitada, material o espiritualmente: podemos darle algo de lo nuestro, algo que no tiene , o quizá nuestro cariño.
Hagamos que nuestro prójimo se sienta querido, se sienta que es Hijo de Dios.”
El representante de la Iglesia Católica, recordó que la alegría y la paz deben representar la Navidad en todos los hogares y es el momento propicio-dijo- para olvidar el egoísmo, la vanidad, envidia y violencia, “En navidad hablamos de alegría, de paz, de esperanza y otras cosas hermosas. La alegría y la Paz vienen si abrimos nuestro corazón a Cristo, quitando los obstáculos que impiden que entre. El obstáculo es el pecado, que es el peor de los males y tiene diversas manifestaciones, egoísmo, vanidad, impureza, envidia, violencia. En pocas palabras, el pecado se identifica con la soberbia, de donde vienen todos los males” .
Recalcó a los fieles católicos lo importante de que la generosidad no se superficial “ “Que en la navidad, no nos conformemos en una generosidad inoperante y superficial, que se apaga ante la primera dificultad .La alegría de la Navidad esta enraizada en la cruz, porque ese niño (Jesús) viene a dar su vida por nosotros .Eso lleva consigo entrega, servicio, pensar en los demás y primera dificultad. La alegría de la Navidad esta enraizada en la cruz, porque ese niño (Jesús) viene a dar su vida por nosotros, eso lleva consigo entrega, servicio, pensar en los demás y primeramente pedir perdón por nuestro egoísmo.
El Obispo de la diócesis de Tampico, José Luis Dibildox lanzó el llamado a dejar entrar a Jesús en nuestros corazones y permitamos la reconciliación con los hermanos separados,“ No hay Navidad sin Jesús, por ello vamos a dejarlo entrar en nuestros corazones, en nuestra casa y en nuestro ambiente. Los animo a acercarse al sacramento de la reconciliación, que es el que abre las puertas del corazón. Si lo abrimos, de nosotros saldrán muchas cosas buenas para los demás”.
Finalmente destacó la necesidad de dedicar más tiempo a la oración, en forma personal o familiar , leer el evangelio e identificar en los pasajes bíblicos la historia de Jesús y de la sagrada familia.
