Así de fácil se describe 2013 para la Selección mexicana, que si bien consiguió a “jalones y estirones” el boleto mundialista a Brasil 2014, ¿qué necesidad había vivir un calvario y quedarse casi fuera de disputar la reclasificación frente a Nueva Zelanda?
Con el inicio del año también dio comienzo el camino sinuoso del Tri, que si bien antes de éste todo era amor y pasión por los logros conseguidos en el 2011 en la Copa de Oro y más tarde las medallas de oro en Panamericanos y Olímpicos de Londres, en el 2011 y 2012 respectivamente, las cosas dieron un giro de 360 grados.
Inesperadamente, los resultados, de ser tan exitosos pasaron a ser mediocres y a la postre humillantes en la mismísima catedral del futbol en la eliminatoria mundialista, situación que fue imperdonable para el futbol mexicano y los aficionados nacionales.
Por ello, el “Aztecazo” del 6 de septiembre a manos de Honduras terminó por cortarle la cabeza al Chepo de la Torre, medida que se hubiera tomado desde los primeros empates en casa frente a Jamaica y Estados Unidos en el comienzo del Hexagonal.
Con cinco duelos en casa, el Tri apenas ganó uno, empató tres y perdió otro, por lo que fue la peor eliminatoria en la historia de la Selección. Once unidades y el cuarto lugar de la general demostraron que el “Gigante de la Concacaf” había muerto desde hace tiempo y Estados Unidos, Costa Rica y Honduras eran los clasificados directos.
El remedio no se dio con el despido del Chepo; Tena y Vucetich siguieron al mando, pero derrotas contra Estados Unidos y Costa Rica respectivamente terminaron por darles las gracias.
El “Flaco” y Vucetich fueron de “bomberos”. La ventaja de Luis Fernando es que conocía a fondo el equipo nacional, pero los de las barras y las estrellas fueron más.
Víctor Manuel tuvo la ventaja de haber ganado frente a Panamá con golazo de Raúl Jiménez, pero como dijera Justino Compeán: “México no clasificó, nos clasificaron”, gracias a que Estados Unidos superó a Panamá.
Así se dio el milagro, el rayito de esperanza iluminó al Tri, que vio cómo el “Piojo” Herrera le entró al quite con una parvada americanista para hacerse del boleto mundialista vía repesca contra los neozelandeses.
Atrás se dejó a la legión europea, que poco o nada pudo hacer en el camino de la eliminatoria. Diez águilas, tres leones y dos guerreros liderados por el “Piojo” le regresaron el brillo al Tri, que con incesante goleada frente a los “kiwis” amarró el pasaje a tierras amazónicas.
El objetivo se consiguió en medio de un tormentoso calvario, la lección quedó ahí, la soberbia tendrá que erradicarse para replantear los nuevos objetivos, pues antes de pensar en el quinto partido en el Mundial, directivos, técnicos y jugadores debieron haber aprendido la enorme lección.
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