Un nuevo año: nueva vida

Este 31 de diciembre concluye el año que nos ha tocado vivir con sus cosas buenas y malas, con lo que debimos aprender y mejorar y con lo que no pudimos o supimos superar.

Las crisis personales y comunitarias las hemos tenido que enfrentar de la mejor manera posible; aspectos médicos que suponemos se deben atender adecuadamente y que luego no podemos superar por negligencia de quienes tienen a su cargo el que conservemos la salud, o porque no atendimos las indicaciones que nos ofrecieron, las alternativas de curación, y pensamos que éramos mejores nosotros por nosotros mismos, e hicimos caso omiso a los tratamientos.

O en cuestiones sociales, porque no supimos convencernos de que no somos la única criatura del universo y que vivimos en una sociedad que pertenece a todos y es de todos, responsabilidad de cada uno de los que vivimos en la comunidad.

Tiempo de reflexión que hemos insistido, debemos atender y procurar la mejora de lo que hemos vivido. Acontecimientos personales que no fueron del todo positivos y que nos han afectado enormemente, pero otros, sin embargo, que nos han permitido crecer, nos hacen sentir la satisfacción de encontrar una meta nueva, un escalón más arriba, y dejar a un lado las mentiras, las cosas que nos han hecho envidiar al de al lado.

Tiempo, sin lugar a dudas, de reflexionar sobre lo que tenemos que aprender a mejorar.

El año que inicia viene, como todos, con nuevas expectativas: hay cosas que queremos aprender para ser mejores; en el trabajo, quisiéramos también encontrar la parte donde todos cumplamos con lo que nos compete y entonces lograr subir un escalón más en aspectos profesionales.

Somos lo que hemos querido ser, y en ese sentido, habrá que hacer una profunda reflexión acerca de lo que nos ha tocado vivir con la idea de que si queremos ser mejores tendremos que trabajar muy fuerte, de manera bastante intensa para entonces, saborear con una sonrisa y la gran satisfacción de haber llegado el poder estar en una meta que nos hemos propuesto.

Ser triunfadores para este 2014 es una de las metas que tenemos que imponernos cada uno de nosotros. No hay pretexto para no pensarlo y lograrlo.

El año nuevo es una nueva oportunidad, un buen pretexto para reiniciar el proyecto a la felicidad personal y familiar, social y comunitaria. Es el tiempo de hacer una lista de propósitos alcanzables.

Nada de pensar en volar sin alas o de correr sin piernas: las metas deben ser alcanzables aunque no sean tan ambiciosas como las del que se encuentra a un lado nuestro.

Nada tenemos que envidiar a los demás: somos lo que queremos ser, tenemos lo que hemos sido capaces de ganarnos, y logramos lo que hemos tenido capacidad de luchar por ello.

Triunfadores son los que necesita el mundo, y cada uno de nosotros está llamado a serlo.

El año de las reflexiones y propósitos es el que comienza en unas horas. Hay que pensar en que nos irá mejor pero también en tener esperanza de que, cada uno de los protagonistas de la historia moderna, hemos de alcanzar una excelencia personal que hemos de compartir con los demás y, entonces, pensar en que el 2014 será un muy buen año.

Es el tiempo de pensar así.

Debemos entonces, regalarnos lo mejor que tenemos dentro de nosotros: la voluntad para mejorar y ser lo que queremos ser; llevar a los nuestros a un estado de felicidad mejor porque finalmente, si lo logramos, estaremos cumpliendo con nuestros preceptos básicos.

No nos olvidemos del amor a la vida, a los demás y al trabajo, porque entonces seremos verdaderos luchadores.

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