Lucía Calderón Santos
Nota de redacción: Medardo Treviño recibió este viernes de su natal Río Bravo un reconocimiento a su trabajo y trayectoria en la cultura en general y el teatro en particular.
Los creadores se nutren de su entorno para dar vida en sus obras aquello que les llega al alma, a los sentidos, ese proceso resulta muchas veces doloroso, hay que desapegarse de todo y descargar en un texto literario lo que acontece alrededor sin miradas compasivas.
El maestro Medardo Treviño es un fiel epítome de un hombre que no pasa por la tierra sin sobresaltarse y sin permitir que la realidad circundante lo deje impasible, sin emoción.
Al contrario, él conocedor de que el teatro requiere esa fuerza que haga penetrar en el espectador la mirada del creador, explora y explota los hechos pasados, los actuales y mediante este juego de realidades lograr proyectar el futuro.
Sus obras llevadas a la dramaturgia son un referente ineludible para adentrarse en los vericuetos de una región mexicana que reúne una cultura que muestra el acompañamiento que el ser humano hace a la naturaleza, la que muchas veces es pródiga, otras veces avariciosa, pero nunca una mala madre.
Desentrañar ese misterio de la realidad norestense mexicana es una de las tareas que ha emprendido Medardo Treviño en cada una de sus escenas, en cada uno de sus parlamentos.
Medardo Treviño es un maestro, un maestro al escribir, un maestro al dirigir y poner en escena a través de los actores que dan vida a sus personajes la esencia de su intención creativa.
En su obra donde el personaje central es Amalia González Caballero de Castillo Ledón, la actriz Angélica Aragón va develando no sólo la vida de esta ilustre tamaulipeca, también la historia, de Tamaulipas, de México y de la mujer mexicana.
Aragón llama a Medardo con mucho respeto “maestro”, y relata cómo escribió, dirigió y puso en escena una obra que sintetiza la vida de González Caballero, hilando todos los pasajes del ser humano por esta tierra.
Esa desenvoltura para escribir, primero leyendo, nutriéndose de los hechos, el maestro ubica cada personaje, cada nota musical, cada parlamento y los reúne para gozo de la audiencia.
Medardo Treviño logró en esta pieza imprimir la lucha que las mujeres en México han tenido que enfrentar para ser reconocidas primero como seres humanos, luego como ciudadanas.
Las obras teatrales del maestro Treviño son desgarradoras, se adelantaron al tiempo que Tamaulipas vive actualmente.
Medardo ha sabido trascender a Tamaulipas, a México y su talento es reconocido internacionalmente.
Discreto, tenaz y sumamente disciplinado, escribe, crea, dirige y actúa como lo que es, un maestro de la dramaturgia mexicana.
Él conecta a artistas de talla internacional con su grupo de teatro Tequio que reúne el talento de esta tierra tamaulipeca, para enseñarle al mundo que el teatro no tiene etiquetas, es más bien una actividad noble que hace al ser humano más humano.
Por su aportación trascendente para hacer de Tamaulipas un referente en el panorama del teatro nacional, los tamaulipecos le salimos debiendo a Medardo Treviño.
